Cuando Martha Nury Bolívar llegó a la Villa Deportiva se sorprendió. El silencio en el lugar era impresionante, parecía vacío, pero al iniciar su recorrido empezaron a aparecer caras amables, sonrientes y una que otra conocida. “Ella es medallista, la he visto en las noticias”, recuerda que pensó al ver a María Fernanda Murillo, la saltadora que el departamento proyecta a nivel Mundial, lo que algunos llamarían la nueva Caterine Ibargüen.
Esta trabajadora social se puso como meta ganarse el concurso (meritocracia) para trabajar en la Villa, pues luego de 17 años de labor con población vulnerable, quería un aire, cambiar de perfil y buscó estar al lado de gente que inspira, que son ejemplo, que sin importar que tan jóvenes son dan lo mejor por ellos, sus familias, su departamento y su deporte.
Ya son cuatro meses de labor en la Villa, y no sabe a quien admira más, pues atletas, pesistas, ciclistas, gimnastas, patinadores, tenimesistas, rugbistas y paraatletas le demuestran cada día, no solo la valentía que tienen para salir adelante, sino la disciplina y dedicación para cumplir sus metas y alcanzar sus sueños.
“Ellos son unos mimados”, dice entre risas, mientras comenta que en la Villa estos 72 deportistas cuentan con los servicios de hospedaje, aseo, lavandería, parqueadero, zonas de descanso y subsidio de alimentación, todo para que se puedan dedicar a pulir su talento y llevar sus condiciones a lo más alto.
Por los pasillos de este edificio de cuatro pisos, van de un lado a otro campeones nacionales, mundiales, medallistas del ciclo olímpico y promesas del deporte que se alistan para competencias internacionales y para los Juegos Nacionales del Eje Cafetero, en el que Antioquia espera ser protagonista de primer orden.
Tres décadas de servicio
Este martes, 31 de mayo, la Villa Deportiva cumple 30 años al servicio de los deportistas antioqueños, y ellos, los atletas, están felices de regresar a esta casa, que estuvo cerrada durante casi dos años por la pandemia, algo que los afectó bastante.
“La Villa es un lugar en el que podemos concentrarnos en el deporte, porque lo tenemos todo, así que no poder estar en ella durante el tiempo de la pandemia fue difícil, duro, nos toco regresar a casa y no teníamos los implementos necesarios para entrenar y seguir con nuestro proceso”, comentó María Fernanda Murillo, la saltadora de Urabá, que es una de las 28 mujeres deportistas que viven allí.
El lugar también presta un servicio especial a gimnastas y pesistas para que descansen, ya que diariamente tienen doble jornada de entrenamiento.
“Acá tenemos dos espacios para que descansen y también estudien”, comentó Martha Nury Bolívar, la trabajadora social de la Villa.
Los atletas también cuentan con espacios para la diversión, como la zona de juegos, comedor, sala, parqueaderos y zona de descanso.
“Todos los atletas que conviven en la Villa son mayores de edad y uno de los requisitos para poder estar allí es que deben ser postulados por sus ligas, demostrando los buenos resultados o los avances en las marcas”, confirmó Álvaro Vásquez, administrador de la casa
DAYBER ENCONTRÓ EN LA JABALINA SU INSPIRACIÓN
Cuando salió de su natal Nuquí, rumbo a Caucasia, Dayber Chalá Rodríguez tenía el sueño de jugar fútbol.
En sus primeros años de vida dedicó su atención a ese deporte, pero cuando llegó a la adolescencia un grave accidente le cambiaría la vida.
Mientras espera su oportunidad para debutar como profesional, Dayber, salió con unos amigos y mientras disfrutaba de la noche en una discoteca se presentó una pelea y recibió dos puñaladas en la espalda que lo dejaron sin movilidad.
De eso hace ya 6 años, su afectación fue medular y sufrió paraplejía, por lo que desde entonces perdió su movilidad y se desplaza en silla de ruedas.
Al sufrir la lesión, un amigo le dijo que podía ser paraatleta, le habló del baloncesto, de los lanzamientos y fue entonces cuando Dayber recordó sus años de colegio, en los que participó en el atletismo de los Juegos Intercolegiados y decidió buscar una oportunidad en este deporte.
A los 6 meses de estar en silla de ruedas, se acercó a la pista y pidió un espacio para entrenar. Tenía claro que lo suyo eran los lanzamientos, sobre todo la jabalina, la cual es su fuerte y es la que más disfruta, pues al lanzarla le gusta seguir con su mirada el recorrido que hace. “Me encanta cuando la jabalina sale, hace el movimiento del planeo y cae”.
Ingresó en 2019 a la Villa cuando fue campeón nacional y recibió este beneficio. Y aunque estuvo pocos meses, pues luego los sacaron por la pandemia, el regreso para Dayber ha sido un gran regalo. “Estoy recuperando mi estado físico, concentrado en aprovechar el espacio para mejorar el rendimiento y tener buenos resultados en las competencias previstas para este año en agosto y diciembre”, comentó el lanzador de disco, jabalina y bala.
MARÍA FERNANDA, LA JOYA DE URABÁ QUE SE RECUPERA DE UNA LESIÓN
La pandemia, además de sacarla de la Villa, le trajo retos enormes a María Fernanda Murillo, la joven atleta que hacía parte de la preselección Colombia para Juegos Olímpicos de Tokio.
Una lesión en el tobillo la sacó de la Selección y la llevó a tener que someterse a una cirugía y estuvo casi dos años por fuera de las competencias.
Actualmente, esta deportista, considerada por los especialistas como la nueva joya de los saltos paisas, avanza en su proceso de recuperación para retornar a las competencias.
“Ha sido un proceso difícil porque pasé de no poder ni caminar a, poco a poco regresar. Me subí de peso, perdí el estado físico, pero ahora estoy concentrada en recuperar todo para poder cumplir el sueño de estar en los Juegos Olímpicos”, comenta María Fernanda quien espera recuperar su nivel para estar en el Mundial de Estados Unidos a finales de año.
Además, la atleta quien es auxiliar de enfermería del Censa, se presentó a la Universidad de Antioquia para continuar con sus estudios, ya sea en la Licenciatura en Lenguas o Enfermería, dos áreas que la apasionan.
Sobre la reapertura de la Villa, Murillo, quien nació en Urabá, mencionó que el lugar es muy importante para el proceso de cada uno.
“Acá lo tenemos todo y estamos cerca de los entrenamientos, podemos descansar, estamos seguros y es vital para nosotros poder estar acá porque así podemos mejorar nuestros resultados y marcas”.
Su sueño sigue siendo estar en Juegos Olímpicos, por eso, de nuevo bajo la dirección de Regla Sandrino continúa con los entrenamientos para buscar su gran objetivo y estar de nuevo en el nivel para volver a la Liga de Diamante y seguir cosechando medallas.
JOSÉ GABINO, EXPERIENCIA Y MEDALLAS QUE VOLVIERON A ANTIOQUIA
Mientras cargaba bultos en la plaza de su pueblo, Apartadó, José Gabino Mena fue observado por el entrenador Juan Ruiz, quien luego lo fue a buscar hasta su casa para invitarlo a entrenar.
“Las pesas me eligieron, porque nunca pensé en ese deporte, pero cuando empecé a entrenar avancé rápidamente, porque claro a los 12 años en la plaza yo levantaba un bulto de 95 kilos y caminaba más de un metro con él, entonces lo difícil fue adquirir la técnica para el deporte, pero los resultados se dieron pronto y eso me gustó” recuerda Mena.
Este pesista de 28 años, es uno de los que más tiempo lleva en la Villa, primero estuvo en el Centro de Desarrollo Deportivo y a los 15 años fue recibido en la casa donde se formó y empezó a sobresalir como una de las nuevas joyas de las pesas.
Su talento lo llevó a ser subcampeón Olímpico de la Juventud, ha sido campeón Nacional durante seis años consecutivos, además campeón suramericano, de Juegos Nacionales, Juegos Intercolegiados y subcampeón en Panamericanos.
Persiguiendo el amor se fue unos años para Bolívar, pero hace dos regresó a Antioquia y a la Villa, donde es uno de los más experimentados del grupo de atletas que actualmente conviven en el lugar.
José Gabino, a quien además le gusta las letras (escribe poemas), avanza en su plan de iniciar una carrera, y aunque no ha decidido qué estudiar, espera arrancar a mitad de año con ese objetivo.
Tras su regreso estuvo en Cuba, en marzo pasado, donde alcanzó la medalla de plata en su categoría, los 81 kilogramos. Actualmente entrena con el objetivo de llegar a su mejor nivel para los próximos retos (Suramericanos, Mundial y Juegos Nacionales).
