Naturalmente, el sexo tendría que involucrarse tarde o temprano en el anime. Si buscamos los orígenes del sexo ilustrado en el arte japonés, encontramos que muchas pinturas de madera (shunga) y pinturas de la era feudal de Japón poseen conductas, situaciones e incluso muestran posiciones poco usuales para tenerlas como referencia e incluso, aprendizaje.
Los Inicios del Hentai
Para comenzar, es importante saber que la palabra hentai se traduciría literalmente al español con la palabra «pervertido», la cual en el contexto de la lengua japonesa se usa no con un tono peyorativo, como en nuestro idioma, sino con cierto tono de mofa, chiste, o bien en oraciones entre personas de confianza.
Los primeros ejemplos en el anime o manga como lo conocemos hoy, son cortesía de Cutey Honey, la serie de Go Nagai de 1972, quien impactó a la audiencia japonesa al mostrar desnudos femeninos cuando Honey Kisaragi se transformaba. Sin embargo, el primer «hentai» verdadero es de 1984 con los OVAs de Cream Lemon, lo que inició la comercialización de video de anime exclusivo para venta casera en Japón.
Si el anime cubriría cualquier género imaginable, desde mitología griega, nórdica e hindú, hasta deportes como el tenis, basketball, béisbol e incluso ping pong y dramas históricos basados en la historia china y de la Segunda Guerra Mundial, es tan solo natural que también existiera un mercado para el sexo animado.
Se puede decir que el mercado de la animación pornográfica existe por la misma naturaleza del anime hentai. Simplemente porque no es real y no tiene verdaderas personas humanas, el sexo en el anime y el manga tiene la ventaja de ser más ajustado a las simulaciones y las abstracciones. El hentai no parece verdadera pornografía, y he ahí su atractivo para los seguidores de este género. El hentai permite fantasías imposibles en la pornografía real, y permite más inmersión en los hechos que el porno «real», porque el espectador no tiene que comparar si el o ella se parece a los actores en la pantalla o si podría haber siquiera una situación como esa en la vida real. El atractivo de la pornografía animada es que es simultáneamente sexo y pura fantasía en todo el sentido de la palabra.
Sobre los Tentáculos
Los «tentáculos de demonios» son comúnmente asociados con el hentai, aunque no son tan comunes como uno podría creer, son realmente una forma creativa de saltarse el tabú legal japonés. Aunque la ley japonesa ha cedido un poco con respecto a la pornografía en los últimos años, los viejos hábitos son difíciles de superar, y el tabú social y legal sobre la representación de genitales o vello público aún es muy fuerte en la sociedad japonesa y en la industria del manga y el anime unos ejemplos de las OVAs donde aparecían tentáculos son Urotsukidoji y Angel of Darkness
Debido a que los animadores no podrían legal o éticamente ilustrar un pene, inventaron el tentáculo, que se asemeja mucho a un miembro masculino, pero en realidad, no lo es. Es posible que los demoníacos tentáculos permanezcan en el hentai por su naturaleza fantástica, y no simplemente como un recurso artístico.
Otro movimiento que se dio, fue el de las parodias, el cual consiste en hacer hentai de las series de anime más famosas como son Evangelion, Dragon Ball, Sailormoon, que son solo unos cuantos ejemplos de la amplia variedad de títulos que se adaptaron a este estilo de animación.
La animación hentai fue cambiando su estilo ya los tentáculos fueron desapareciendo y la animación estaba mas enfocada en personajes de la vida cotidiana , un dato curioso es que los japoneses experimentaron con historias reales y convirtiéndolas en animación y tuvieron un éxito increíble ya que la era de los tentáculos, había llegado a un punto donde se podría decir que se estancó y los consumidores comenzaron a perder el interés. De ahí que las entregas de este genero han aumentado en calidad al menos, y producciones como Jinshin Yugi, Cool Devices o Sakura’s Stories, proponen tramas mas elaboradas, una mejor animación e inclusive nuestran situaciones menos fantasiosas y más aferadas al romaticismo humano