Tener una fantasía sexual, incluso tener varias, es de lo más estimulante e incluso recomendable para una vida sexual plena. Los especialistas aseguran que dejar volar nuestra imaginación planteando posturas, espacios o parejas de sexo diferentes a las que practicamos o tenemos habitualmente es de lo más saludable. Ayudan a fomentar la imaginación, nos despiertan deseo e incluso nos dan ideas que, después, podemos llevar a la práctica.
Hasta hace apenas unos años muchas de las fantasías que hoy consideramos como de lo más normales -básicamente porque casi todo el mundo reconoce haberlas tenido- eran tildadas de obscenas y eran pocos los que se atrevían a confesarlas en público. Por suerte la sociedad ha cambiado, hemos evolucionado y ya no sólo no nos da miedo confesar una fantasía sexual sino que hasta nos atrevemos a llevarla a la práctica.
LA FICCIÓN COMO INSPIRACIÓN
Si se hiciera una encuesta de con qué fantaseamos a la hora de tener sexo es muy probable que una de las más repetidas fuera practicarlo en público. Hay que reconocer que las películas y los libros han contribuido a ello, mostrándonoslo como una práctica no demasiado difícil de llevar a cabo y acaba por resultar de lo más placentera.
Son un excelente material para coger ideas para llevar a cabo tu filia, pero no todo lo que vemos en la ficción es fácil de llevar a cabo en el mundo real. Has de tener en cuenta que las escenas en ascensor funcionan en la gran pantalla, pero que cuando lo intentes subiendo a tu casa -sobre todo si vives en un segundo- igual no resulta tan sencilla ni tan placentera. Pero, por qué no intentarlo.
Lo primero que ha de quedar claro es que cuando hablamos de practicar sexo en público nos referimos a un encuentro con tu pareja, o incluso en solitario, pero con el que se busca disfrutar de un momento de pasión con el picante añadido de tener que ser rápidos y disimular para que no os pillen. El exhibicionismo como tal o el escándalo público nada tienen que ver con la fantasía sexual de la que hablamos.
Lo que tú buscas es tener un momento de placer en un lugar en que puedes cruzarte con otras personas, que pueden oírte o descubrir lo que haces pero que no es eso lo que quieres. El placer no depende de terceros, más bien todo lo contrario. Nada tiene de malo dejarse llevar por la pasión, pero siempre y cuando no invadas la privacidad de otros ni caigas en prácticas nada recomendadas -y castigadas- como exhibirse ante otros.
CON PAREJA O SIN ELLA
De igual manera es importante que si vas a tener un momento íntimo con alguien esa persona esté de acuerdo en que así sea. Debéis compartir la filia porque, de lo contrario, la cosa no funcionará. Puede ser tu propia pareja, si es que la tienes, o puede ser un compañero de sexo ocasional o alguien que conozcas a propósito.
Hoy en día existen diversas páginas web y aplicaciones móviles que te permiten contactar con gente en tu entorno y con afinidades para tener un encuentro ocasional. Si tienes como fantasía practicar sexo en un lugar público pero no tienes con quién pueden ser un recurso a tener en cuenta. Si la cosa sale bien podéis volver a quedar y si no funciona como esperabas pues no tenéis ningún tipo de compromiso.
Pero para practicar sexo en público tampoco es requisito imprescindible contar con una pareja. Es más, el hecho de iniciarse en este tipo de prácticas en solitario puede ser hasta recomendable. Estando solo es más fácil no levantar sospechas, reconducir la situación y salir del paso ante el temor de poder ser descubierto. Luego, a la hora de llevar a cabo la filia con otra persona tendrás una experiencia que te dará seguridad.
RAPIDEZ Y DISCRECIÓN
A la hora de plantearte tener sexo en un espacio público y con ello conseguir placer no pasar por una vergonzosa situación al ser descubierto hay dos cosas que son fundamentales y has de tener en cuenta en todo momento: rapidez y discreción. Este tipo de encuentros sexuales son rápidos, un ‘aquí te pillo aquí te mato’. No hay tiempo para preliminares, ni juegos. Has de ser efectivo y no dejarte llevar en los prolegómenos.
El caso es disfrutar de la filia y no estar pendiente del reloj, pero ten en cuenta que habréis de ser rápidos y por ello hay varios factores a tener en cuenta que os ayudarán. Uno de ellos es la ropa que llevaréis al encuentro. La rapidez impone nada de desnudarse por completo, sino que se trata de quitarse la menor cantidad de ropa posible, así que lo mejor es optar por prendas que faciliten poder tener sexo sin tener que desnudarse, incluida la ropa interior.
Además, de esta forma la acción resultará más discreta. Y lo mismo ocurre con las posturas elegidas o el tipo de práctica sexual prevista. Para la penetración lo que resultará más cómodo es de pie contra una pared o sentada en alguna superficie. Pero no limites tu imaginación a eso, porque se puede jugar por debajo de la mesa o sentados en una butaca. Un mantel o una manta servirán para taparos.
La discreción es la otra máxima que impera a la hora de llevar a buen término una filia como ésta. No buscas que nadie se entere de lo que estás haciendo así que no hagas nada que resulte llamativo. Actúa con la máxima normalidad que sea posible, no alardees ni antes ni después, procura que tu aspecto físico sea el mismo al acabar y, evidentemente, sé silencioso. Si jadeas resultará prácticamente imposible que quienes estén más cerca no se enteren de qué está pasando
LUGARES MÁS FRECUENTADOS
Puede que en tu fantasía tengas un lugar público específico en el que quieres practicar sexo, pero si no es así hay unos cuantos que son los que resultan más cómodos para estas prácticas. Los baños de los locales son muy recurridos, pero ten en cuenta que a ciertas horas pueden estar bastante sucios. Lo mismo ocurre con los probadores de ropa, aunque has de fijarte en que no haya cámaras de seguridad cerca porque os descubrirán rápidamente.
Al margen de esto si optas por un espacio abierto busca un rincón apartado, en que no haya nadie ni pueda ser observado desde la distancia. Hacerlo a plena luz del día incrementará vuestras posibilidades de ser descubiertos, así que opta por un plan nocturno y un espacio en que no haya farolas cerca para disfrutar del placer.