Por otro lado, y lo más traumático, es que el hospital María Auxiliadora ” está a punto de declarase en quiebra”, dijo una fuente cercana a la institución. Aunque de manera oficial el alcalde Daniel Álvarez no lo ha anunciado, parece que a la gerente Doris Medina Ochoa le quedó grande el manejo; hay que tener en cuenta que Javier Ortiz lo entregó con un déficit incalculable. Esta funcionaria que pocas veces se le ve en la oficina, se la pasa en las EPS desesperada poniendo la totuma. Sumado a eso, la crítica al administrador Jorge Iván Arango, al no contar con el perfil adecuado en administración de empresas, porque el grado como Ingeniero en Sistemas, solo le da para la revisión de los equipos de cómputo y le presta un flaco servicio a las finanzas.
Los veedores también tienen en la mira a otros funcionarios, y ya llegó a oídos del alcalde, quien deberá encomendarle al Señor que lo ilumine a ponerle ” trampa a las ratas”, para que sanee la administración, porque toda esa documentación está llegando a los entes de control. Se ha dicho, que los alcaldes no pueden responder por el ADN de los funcionarios, que al fin y al cabo, son cuotas políticas. Al alcalde le han hablado al oído, especialmente un grupo de amigos que defiende al Municipio. Hay ruidos en otras alcaldías de Urabá, donde se espera que las “IAS”, no manipulen los documentos denunciantes que si por las esferas centrales llueve, en las localidades no escampa.