Autopista Mar 2: acerca a Cañasgordas con Necoclí a tres horas y media
Por Noticias UrabáPensar en viajar al Urabá era un asunto que se tenía que planear con tiempo, ya que en un solo recorrido se podía gastar hasta 12 horas. Con las obras de autopistas Mar 2, unidas a Mar 1, esos tiempos se han reducido hasta la mitad y el viaje, que antes era un viacrucis, ahora deja apreciar el paisaje de las bananeras.
Los 254 kilómetros entre Cañasgordas y Necoclí se pueden recorrer en 3 horas y media, mientras que hoy es un recorrido que se gasta 6 horas, si se cuenta el punto donde se tiene previsto que salga el Túnel Guillermo Gaviria Echeverri, la obra más compleja que pretende conectar a la capital antioqueño con el Urabá.
La segunda parte de esta vía de cuarta generación está conformada por seis unidades funcionales o tramos. En cuatro de ellas se ejecutaron obras que obligaron a reconstruir vías, cimentar puentes y abrir túneles. En los otros dos se adecuaron las vías existentes, a las cuales la concesión vial Autopistas Urabá S.A.S. les hace mantenimiento frecuente.
Los ejes viales que están siendo reconstruidos desde enero de 2017 son Cañasgordas-Uramita, Uramita-Dabeiba y Dabeiba-Mutatá. Por cuenta de estos trabajos, el tramo entre Cañasgordas y Uramita de la anterior vía, ya que la nueva aún no ha sido habilitada, se encuentra en el estado de trocha, como hasta hace 25 años, situación que a veces les hace perder la paciencia a los viajeros.
Con la obra, el trayecto entre Cañasgordas y Uramita se puede demorar 20 minutos menos que en el pasado.
En algunos casos, tal como lo manifestó el empleado de una estación de servicio de Cañasgordas, entre el mal estado de la vía y otras situaciones de orden público, los conductores prefieren esperar a que la vía esté en plenitud para que el Urabá no se vea desde la distancia como aquella tierra lejana.
Verán los carros a lo lejos
La costumbre de ver camiones, buses y carros particulares a granel pasando por las calles de sus zonas urbanas pasará a la historia para Mutatá, Dabeiba y Uramita, ya que las nuevas vías bordearán las localidades y con ello se reducirá el traumatismo interno que ocasiona el tráfico pesado para sus habitantes.
Amparo Jiménez, quien tiene una tienda al frente del Hospital Tobías Puerta, de Uramita, ambos sobre el aún corredor hacia el Urabá, aplaude que ir hacia Medellín ya no será tan largo, aunque le tocará caminar para buscar una de las salidas a la autopista que en algunos de sus tramos les hará sombra.
Es que este recorrido hacia el Urabá cuenta con 62 puentes que atraviesan, en su mayoría, al río Sucio que pasa por Cañasgordas, Uramita, Dabeiba y Mutatá, el cual antes tenían que bordear con las curvas de la antigua carretera.
También contará con 12 túneles que cruzan los puntos más críticos de la montaña. En el recorrido realizado por este medio de comunicación, se lograron pasar cuatro, ya que muchos de los tramos aún no están habilitados para el paso vehicular.
Entre los túneles que tendrá esta vía estará el de La Llorona, aquel pasó que se habilitó en 1995 para evitar el tránsito por el cañón con el mismo nombre y el cual dejó centenares de muertos por lo angosto que era y la gran cantidad de derrumbes que caían. Esta infraestructura está siendo modernizada con iluminación y retoques en su fachada para que no sea el paso sombrío que recuerdan los conductores que lo cruzaban hace 27 años.
Paula Andrea Ávila, quien vive y tiene su tienda a pocos metros de este túnel, se sintió complacida por esta megaobra que no solo permitirá tener más cerca a Medellín sino también al mar de Urabá, que antes veían distante. “Ya ese viaje es muy cortico y lo mejor es que tomo el bus al lado de mi casa”, dijo.
Las obras en los cuatro tramos que debieron reconstruirse rondan el 90 % de ejecución y se espera que para finales de este año ya puedan estar operando en su plenitud, permitiendo que una persona necesitada de ir de Urabá a Medellín para una cita médica solo necesite un día de viaje.
Intervención en Urabá
Al finalizar el recorrido en Mutatá, la concesión Autopistas Urabá, se encargará de mantener en óptimas condiciones los otros dos tramos, Mutatá-El Tigre (Apartadó) y El Tigre-Necoclí, construidos y administrados por Vías de las Américas y que serán integrados a las vías 4G.
Actualmente se está mejorando el pavimento en el tramo entre Turbo y Necoclí, generando pare y siga con el objetivo de que la vía de entrada al mar urabaense esté en perfectas condiciones, sin ninguna falla vial.
Los recorridos entre Mutatá y Turbo no presentan mayores fallas en sus vías, tanto en las que pasan por los cascos urbanos de Carepa y Apartadó como por las variantes que cruzan las miles de hectáreas de plataneras que ocultan las edificaciones de estos municipios.
Para poner tan cerca de Medellín al Urabá se invierten $1,90 billones y la concesión se encargará de administrar y mantener este corredor durante los próximos 25 años.
Algunas comunidades no ocultan su angustia por dejar de ver pasar los carros que por décadas fueron eje de su sustento cuando entraban a sus municipios, pero también piensan cómo adaptarse al progreso que estas vías pueden traer a sus comunidades.
Uno de los casos es el de Celina González, quien tiene un restaurante en el parque de Dabeiba, por donde hoy pasan decenas de camiones. Dice que si bien tendrá que buscar un nuevo espacio para tener su negocio porque piensa que el pueblo quedará “muerto” apenas habiliten la nueva variante, expresó que “no se le quita que está muy bien que uno gaste menos tiempo para viajar”.
El conjunto de la obra de Autopistas del Mar hará que aquellas anécdotas donde se decía que para ir al Urabá se demoraban hasta 14 horas, junto con los trágicos relatos del paso por el Cañón de la Llorona, sean parte de las históricas conversaciones mientras se puede ir y volver al Urabá en un solo día .