Caribe Afirmativo entrega hoy a la Comisión de la Verdad el primer informe sobre las victimizaciones que sufrieron las personas LGBT en la guerra en el Urabá antioqueño, el sur de Córdoba y los Montes de María. Un llamado a la no repetición.
La violencia no comenzó con la guerra. No comenzó con las armas ni con los panfletos. Ni con hombres uniformados asesinando, violando, amenazando o desapareciendo. Comenzó mucho antes y se manifestó cuando se escuchaba: “a esos mariquitas deberían matarlos”, “sea machito”, “a esa le hace falta macho” o “tiene que convertirse en una mujer de verdad”. Y cada una de esas frases las escucharon las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT) en sus territorios. Y esas palabras justificaron que fueran asesinadas, violentadas sexualmente, amenazadas, desaparecidas y desplazadas a manos de la guerrilla de las Farc, los paramilitares y la Fuerza Pública. En municipios del Urabá antioqueño, el sur de Córdoba y los Montes de María sucedió todo esto contra la población LGBT, con altísimos niveles de sevicia, silencio e inoperancia judicial. Apenas ahora, muchos años después, pueden exigir que se sepa la verdad.
La organización Caribe Afirmativo, a través de una investigación que incluyó talleres, reconstrucción de líneas de tiempos, mapeo, entrevistas y revisión documental, logró consolidar un informe sobre la violencia que sufrieron las personas LGBT en estas tres regiones del Caribe. En el documento “¡Nosotras resistimos! Informe sobre violencias contra personas LGBT en el conflicto armado en Colombia”, quedaron consignados los testimonios de dolor y resistencia de estas personas, los delitos que cometieron los armados, las omisiones de las autoridades y la indiferencia de la sociedad civil. Así como las formas de reparación que pueden ayudar a que no vuelva a suceder la victimización contra el sector LGBT. Este informe será entregado hoy en Montería a la Comisión de la Verdad, en un encuentro en el que también estarán las víctimas.
El fin último de este documento, dice Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo, es que por medio de la verdad se logre desarticular el sistema que permitió que la violencia fuera posible. Así, el informe comienza por explicar, desde los mismos testimonios transcritos, cómo era la sociedad en la que se desarrolló esta guerra. Y la respuesta es que fue prejuiciosa y negó la diversidad y la diferencia. “Antes de la llegada de los actores armados a sus territorios, las personas LGBT ya sufrían violencias por prejuicio en la cotidianidad: “en ese entonces los gays eran maltratados, nos hacían mucho bullying y en otros casos mataban. Todo esto me daba muchos nervios; sin embargo, quería mostrarme”. (Entrevista a hombre gay de Chigorodó)”, dice el informe.