Como estatuas grises con visos de petróleo emergen turistas y nativos del volcán de lodo. Es una rutina diaria que se incrementa en temporada alta. Según cifras de Juan Carlos Tobón, propietario del predio de doce hectáreas donde está el volcán, hay días en que han llegado hasta 1.500 personas al lugar.
Pero no todo va bien en este atractivo turístico y geológico, ubicado a un kilómetro de la cabecera municipal de Arboletes. Actualmente se encuentran abiertos dos debates sobre este volcán de lodo, por una parte quién es el real propietario del cráter del volcán y por otra la erosión. Todo esto ha generado tensión en elmunicipio e involucra a propietarios, sociedad civil, autoridades locales e incluso órganos regionales y departamentales.
Son necesarias medidas contra la erosión
Según el Centro de Atención Inmediata de Arboletes, las olas extraen la arena que está en la base del volcán, lo que acerca cada vez más el cráter a la playa.
En la comunidad existe recelo respecto al riesgo que implica el volcán, pese a que las autoridades han dicho que no hay un riesgo latente. Ariel Padilla, ciudadano de Arboletes, apuntó que el problema de la erosión “viene desde hace tiempo, pero es que aquí las autoridades no hacen nada, eso está a punto de irse contra el mar”.
Lorenzo Acuña, alcalde de Arboletes, explicó que Corpourabá y otras entidades han estudiado la situación y recomendado “hacer unos trinches para contener la erosión. Son dos erosiones: la costera y la que produce la lluvia. En este momento el riesgo está más en la segunda porque la costera ha sido detenida, en parte, por las obras de los propietarios”.
Tobón puntualizó que el volcán aún “está retirado del mar, a unos 150 metros. El deslizamiento se ha dado por la erosión en la base, la única adecuación para evitar esto la hemos hecho nosotros, eso ha protegido un poco. Hay una cantidad de parcelaciones que están sufriendo esto, es por la erosión causada por la falta de arena que han sacado para construcciones”.
La Gobernación de Antioquia asignó $15.000 millones para prevenir que la erosión costera cause desastres. Pero este dinero no es exclusivamente para la erosión que afecta la base del volcán, sino para diferentes puntos del Urabá antioqueño, por lo que Tobón, así como el alcalde y colectivos ciudadanos, afirmaron que no es suficiente. Acuña especificó que actualmente la Universidad de Antioquia está haciendo el diseño de este proyecto.
“Otra dificultad es la erosión por la lluvia en la ladera del volcán. Al respecto, Corpourabá ha hecho unas sugerencias que se están contemplando. Existe la disposición de la Gobernación de asignar $50 millones para invertir en la ladera del volcán”, explicó el alcalde.
Contrario a lo dicho por las autoridades, existe una mapa geológico de Arboletes elaborado por geólogos de la Universidad Nacional en 2010 que señala que los volcanes que hay en el municipio (este no es el único) son “focos de riesgos” por estar en el corredor sísmico del Atrato. Los expertos señalaron que son necesarias medidas preventivas por los gases que guardan los volcanes en su interior y tratan de salir constantemente, lo cual se complicaría en caso de coincidencia con actividad sísmica. Por esto, recomendaron a los pobladores, además de cuidar las playas y los afluentes hídricos para evitar la erosión, mantenerse a por lo menos un kilómetro de los volcanes.
Alertas afectaron el turismo
El propietario explicó que alguien filmó un video del volcán echando burbujas, por lo que la gente está cancelando las excursiones. “En Arboletes, todos nos vemos afectados por eso. En realidad no hay peligro, es algo cíclico”.
“Si fuera peligroso ni siquiera los habitantes del municipio se meterían en el volcán. Según un geólogo que estudió el volcán, en la parte profunda se emiten gases que cuando emergen pueden levantar el lodo y producen burbujas”, precisó el alcalde de Arboletes, quien aseguró que el experto dijo que no había riego de erupción, contrario a la publicación de la Universidad Nacional.
Acuña especificó que hará la petición al Servicio Geológico de Colombia para que haga el monitoreo respectivo y determine el estado de alerta del volcán, “como se ha hecho en el pasado, cuando se determinó que no existía peligro alguno de erupción”.
Dilema de la propiedad privada
En 1969, la Sociedad Antioqueña de Transporte (Santra) compró la finca donde se encuentra el cráter del volcán a Moisés Reyes. Actualmente, según especifican las escrituras, ese terreno pertenece a los herederos de miembros de esa empresa, entre ellos, Tobón.
El alcalde de Arboletes afirmó que “el volcán es un bien público que está en predio privado, por lo que administrar el volcán ha generado esa dificultad jurídica”.
Érika Castro, coordinadora de la Clínica Jurídica de la Universidad de Medellín y experta en derecho ambiental, apuntó que “si hay escritura pública, el territorio donde está el volcán y el cráter en sí tienen dueño. El subsuelo es del Estado, pero el cráter está en la superficie”.
Con el Acuerdo 007 de 1999, el Concejo de Arboletes declaró el volcán como “patrimonio turístico y cultural del Municipio” y dio facultades a la administración local para adquirir el predio. El Gobierno intentó negociar con los propietarios, sin embargo no se llegó a un acuerdo sobre el valor del terreno.
Además de las posturas de la administración y de los propietarios, están las voces ciudadanas que apuntan que ese espacio no puede ser de un privado y que se debe permitir el libre ingreso de los visitantes. Padilla señaló que el cobro de $4.000 que hacen “es una falta de respeto” y añadió que “el volcán no tiene precio”.
Al respecto, la abogada puntualizó que “la comunidad no tiene derecho a exigir al dueño que los deje entrar porque es un previo privado”.
Hay que aclarar que este cobro no es por el ingreso sino por el uso de las duchas también ubicadas en los terrenos de Tobón. “Allá no se cobra la entrada, a la gente se le da el derecho de ducharse y un seguro. La gente del pueblo casi no lo adquiere (se bañan en el mar), sino, sobre todo, los turistas”, precisó el propietario.
Aunque las cuestiones legales no tranquilizan a los ciudadanos: “¿por qué si él se está lucrando no hace un muro de contención para el volcán?”, agregó Padilla.
Castro apuntó que, en cuanto a la erosión, “el municipio es el responsable de los planes de gestión de riesgo, así el volcán esté dentro de un previo privado”. Ella señaló que “la erosión es preocupante y la administración municipal debe hacerse responsable por ello porque la playa es del Estado”.
Planes a futuro
“En un día podemos tener hasta 1.500 personas y eso no lo maneja nadie. En el volcán, así sea muy seguro, también hay riesgo. Por eso debe hacerse una medida de capacidad, aunque no se ha hecho aún un estudio para saber cuántas personas pueden estar al mismo tiempo en el cráter”, apuntó Tobón.
El propietario explicó que actualmente “se está planeado con la Gobernación hacer una obra grande: toboganes del volcán al mar, los espolones, un balneario. A la gente de aquí se le daría la entrada libre con la cuenta de servicios públicos”.
Este plan no es nuevo, en 1983 Guillermo Escobar y Hernán Tobón (padre de Juan Carlos Tobón) diseñaron un proyecto para la explotación turística del volcán, el cual fue aprobado en su por el Ministerio de Desarrollo y por la Corporación Nacional de Turismo.
“El proyecto incluía cabañas, toboganes para llegar al mar y un hall para turistas”, puntualizó Juan Carlos Tobón. La construcción no se hizo por la muerte de Hernán Tobón, aunque los planos los conservan aún los propietarios.
Actualmente, los dueños y la administración departamental contemplan retomar el proyecto, aunque la prioridad es construir la protección para evitar la erosión costera de manera definitiva.