Urabá - 27 octubre, 2017

Unidos por el desarrollo de Urabá

Por Noticias Urabá

Urabá

Hace 42 años se materializó una iniciativa que ha representado tanto para el desarrollo y el liderazgo de Antioquia, que parece que siempre hubiese existido. Proantioquia, fue la confluencia de una docena de dirigentes visionarios, representantes de diversos sectores, con la misión de impulsar el progreso nacional desde la región. La idea era simple: apoyar desde el sector privado, a partir del análisis y la valoración, las políticas públicas necesarias para impulsar el desarrollo. Es decir, asumir la vocería elaborada de la región, priorizar las necesidades y visualizar las oportunidades en un trabajo coordinado entre el sector privado y los diferentes niveles del Estado.

Esa experiencia institucional acumulada, más la capacidad de resiliencia puesta a punto tras décadas de sufrimiento, constituyen la línea de partida para la fundación Prourabá, la alianza por el desarrollo sostenible de Urabá 2030, cuya acta de constitución fue suscrita por representantes de 18 entidades en un foro académico que se cumplió esa semana en la Cámara de Comercio de Urabá. Una iniciativa impulsada por Unibán y su fundación social que celebra tres décadas de aporte a la región; y que entre otras entidades fue acogida también por FundaMundo, principal accionista de El Mundo; el Comité Universidad-Empresa-Estado; las Cajas de Compensación, La Diócesis de Apartadó; la Cámara de Comercio; el sector sindical; el proyecto de comunicación LA Network, las fundaciones y organizaciones sociales de la zona.

En las primeras de cambio se echó en falta la presencia decidida de los alcaldes de los 11 municipios en cuyo progreso se está pensado. También hubiese sido deseable una presencia más notoria de la Universidad de Antioquia, como hemos dicho tantas veces, vehículo de movilidad social indispensable en todos los rincones del departamento. Seguramente quienes faltaron en la foto o quienes aún no se han sentido convocados tendrán ocasión de sumarse a la alianza que, como ocurre con Proantioquia, no pretende reemplazar al Estado sino articular esfuerzos con él y proponer caminos de trabajo conjunto que permitan el mejoramiento de la calidad de vida de más de medio millón de personas que vive en una de las regiones más hermosas de Antioquia y del país.

Se trata de superar la etapa de los diagnósticos para coordinar el trabajo interinstitucional en favor del bienestar común. No es fácil, pero se hace urgente. Demanda superar los celos institucionales y moderar las vanidades personales, pero sobre todo fijar las prioridades de cara a la realidad desigual que hoy vive la región. De allí que la visión propuesta gravite sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible concertados por los líderes mundiales de cara a 2030. Indicadores que, como expresó el consultor internacional Roberto Angulo Salazar, no están orientados solo a los pobres, sino que incluyen a toda la población mundial desde los diferentes ámbitos que tienen que ver con las dimensiones económica, social y ambiental.

Y en Urabá la tarea no da espera, no solo porque los desarrollos de infraestructura y las dinámicas económicas lo imponen, con los proyectos portuarios, el desarrollo de las vías, la declaratoria de distrito turístico e industrial de Turbo y el auge del comercio, sino porque el posconflicto hace rato que empezó en esa región que sigue siendo la tierra prometida para muchos, incluidas las redes del narcotráfico y la violencia. Allí trabajan hoy, hombro a hombro, desmovilizados de grupos guerrilleros con exparamilitares, pero es latente la amenaza del Clan y la delincuencia organizada. Como también son frecuentes la desconfianza y la estigmatización, derivadas de la prevención y el temor por lo desconocido, por el otro y por la diferencia. Por eso es tan valioso el compromiso de trabajar conjuntamente y bajo el precepto del respeto mutuo.

Un ejemplo de que es posible, lo constituye la actitud de Sintrainagro. El sindicato no ha renunciado a la defensa de los derechos de los trabajadores de la fruta ni ha dejado de reclamar el trabajo digno, pero aprendió a moderar el tono y seguramente a ceder para afianzar nuevas conquistas. Su presidente, Guillermo Rivera, un hombre combativo y de férreas convicciones, reconoció esta semana que hace mucho rato la huelga no se hace necesaria porque han logrado construir una relación distinta, más útil, con los empresarios.

Están las bases sentadas y los primeros compromisos hechos, ahora falta que los gobiernos locales, el departamental y el nacional hagan lo suyo para garantizar la seguridad, las oportunidades y la materialización de los proyectos. Un camino que apenas comienza, pero que requiere mucho talento y mucho trabajo para que sea el comienzo de un mejor mañana y no de una nueva frustración. Que así sea.