Aunque los embarga el dolor por la pérdida de un ser querido, los familiares del peluquero Euder Rojas, quien murió a causa de los golpes y politraumatismos recibidos en un accidente de tránsito al ser embestido por un automotor, cuando se movilizaba en su motocicleta por el Balneario Hurtado, registraron con complacencia la donación de sus órganos para salvar la vida de dos personas.
“El murió pero vivirá en otras personas”, dijo la esposa de Euder, después de esperar tres días para que los especialistas venidos de Bucaramanga le extrajeran los órganos a su compañero sentimental, quien en vida había manifestado que al fallecer quería donar los órganos para que otra persona que lo necesitara mejorara su calidad de vida.
Los familiares esperaron pacientes que se cumpliera el procedimiento médico para que los órganos no se fueran a afectar y así cumplir con la voluntad de este peluquero de 32 años, natural del Urabá Antioqueño y quien tenía varios años de estar radicado en el barrio La Nevada de esta ciudad, donde se ganaba el sustento para su familia con el corte de cabello.
Después de extraerle el corazón y los riñones, en la mañana de ayer, el cuerpo sin vida de Euder fue sometido a la necropsia de rigor para que sus familiares lo trasladen a su lugar de origen donde recibirá cristiana sepultura, con la bendición de Dios y el agradecimiento de quienes recibirán el trasplante de sus órganos.
