Urabá - 4 junio, 2017

Líderes chocoanos piden indemnización por Belén de Bajirá

Por Noticias Urabá

Con el pasar de las horas la tensión aumenta en Belén de Bajirá. En ocho días el Instituto Agustín Codazzi publicará un mapa en el que se establece que ese territorio hace parte de Chocó y no de Antioquia.

Líderes chocoanos en belén de bajirá

Líderes sociales que promueven que Bajirá sea del Chocó, como Henry Chaverra y el exalcalde Leopoldino Perea, agradecen el gesto del Gobierno Nacional, pero piden que los indemnicen por una determinación tardía. Al tiempo se frotan las manos esperando el próximo 23 de junio, día en que se oficialice en un acto cívico en el Centro del pueblo, la propiedad del Chocó en Belén de Bajirá, hasta hoy jurisdicción de Antioquia.

Leopoldino Perea fue alcalde encargado en el tiempo en que Belén de Bajirá fue municipio de Chocó. Hoy es una de las personas que más impulsa la soberanía chocoana y vehemente crítico de la defensa antioqueña. Henry Chaverra, por su parte, es un hombre de voz fuerte que viene luchando desde hace más de una década para que Bajirá sea chocoano.

Para Edilson Marsiglia, entrenador de microfútbol en Belén de Bajirá, ese paso representaría una debacle para Belén. Lamenta que quienes promueven que se quede en Chocó han frenado los proyectos sociales y de infraestructura para la población aduciendo el conflicto territorial.

“Ellos (los líderes chocoanos) no reúnen al pueblo para decirles qué se va a hacer, porque no tienen poder de convocatoria. Tienen que traer buses con gente se Riosucio para hacer presencia”, indica.

La aparición, el viernes pasado, de una hoja tamaño carta en la que se anuncia un paro mañana en toda la región del Urabá antioqueño, como rechazo a la publicación por parte del Igac del mapa que dejaría a Antioquia sin Belén, ha suscitado un nuevo ingrediente a la creciente tensión.
En ese mismo comunicado se invitaba a una marcha, ayer en la tarde, por las calles del corregimiento para rechazar la decisión, a esta movilización acudieron cientos de personas que entonaron el himno antioqueño por las principales vías de Bajirá.

Luis Daza comienza a desesperarse. Lleva más de 20 años viviendo aquí y está convencido que las posibilidades del desarrollo que han aguardado durante décadas, llegarán de Antioquia y no de Chocó.

“En Chocó hay tanta corrupción, que de suceder ese cambio, todo acabaría. A esta gente le han dado plata para pavimentar una calle, y arreglan la mitad. Por la noche el parque está lleno de botellas vacías de wiskhy”, lamenta.

Mueven el agro

Según datos de líderes campesinos de Belén de Bajirá, allí hay 2.500 hectáreas sembradas de plátano y 1.288 productores que despachan entre 15.000 y 18.000 cajas, de 25 kilos de pesos, semanalmente. Cuatro empresas importantes les compran, y otra venta la hacen a granel. Les pagan 8,5 dólares por caja.

“Ese es el renglón número uno de la economía de Bajirá”, recalca Leopoldino Perea y anota que son los chocoanos los protagonistas de esa industria.
Mientras empaca cajas de plátano, en la zona rural de Belén, un campesino de nombre Cetino expresa su incertidumbre ante el conflicto por el territorio que habita.

“No podemos ser indiferentes ante la disputa por este territorio. Lo que si queremos es que el Gobierno Nacional nos defina la situación, porque estamos en el limbo. Y no sabemos si somos de allá o de acá”, acota.
Por su parte, Lino Perea, productor de plátano, exclama que quién sea que se quede con Belén de Bajirá, que lo dejé trabajar.
“Yo nací en Chocó, y por dentro soy antioqueño. Pero aquí donde estoy no me siento nada porque estoy en medio del conflicto: Chocó Antioquia y nada de nada”, comenta.

Lo que parecía un tema más motivo de charlas entre los habitantes, con el pasar de las horas se ha ido haciendo tornando en discusión en las calles y visibiliza una latente división en un territorio pluriétnico. Muchos, incluso, en su mayoría comerciantes, ya hablan de dejar a Belén al momento de confirmarse la determinación del Gobierno.
La incertidumbre empieza a mezclarse con zozobra en la desorganizada y precaria población donde lo que nadie quiere, pero se teme, es un conflicto social de un asunto del que se habla desde Medellín, Quibdó y Bogotá.

Vía ElColombiano