Caterine Ibargüen de Apartadó va por su quinta Liga de Diamante
Por Noticias UrabáHace apenas 15 días la colombiana Caterine Ibargüen terminó segunda en la final del salto triple del Mundial de Atletismo de Londres.
Subirse por cuarta edición consecutiva al podio, tras Daegu 2011, Moscú 2013 y Pekín 2015, fue una verdadera hazaña, un logro que envidiaría cualquier atleta de élite. Sin embargo para ella, que es una campeona, el subtítulo le dejó un sabor amargo. Por apenas dos centímetros cayó ante la joven venezolana Yulimar Rojas.
Pero lejos estaba la reina del salto triple de entregar su corona. Ocho días después de su traspié en Londres, se encargó de demostrarlo al ganar la parada de la Liga de Diamante en Birgminham, también en Inglaterra. Con suficiencia y autoridad, la nacida hace 33 años en Apartadó, Antioquia, volvió por la senda de la victoria, un par de días antes de la gran final del evento, en Zurich, en donde este jueves Caterine buscará su quinta corona en línea.
En 2013 inició su racha ganadora, al superar por amplio margen, 28 puntos a 11, a la ucraniana Olha Saladuha. Al año siguiente volvió a dominar y se llevó las siete paradas, para vencer 28-8 a la rusa Ekaterina Koneva. Su víctima en 2015 fue la kazaja Olga Rypakova (28-7), al igual que en la temporada pasada cuando cambió la puntuación (76-39).
Este año el formato de la Liga de Diamante cambió, pero la colombiana mantuvo su dominio. Se realizaron cuatro reuniones eliminatorias, en Roma, Rabat, Mónaco y Birgmingham. Ibargüen ganó tres y quedó segunda en la otra, para sumar 31 puntos, siete más de la jamaiquina Kimberly Williams y con 11 de ventaja sobre Olga Rypakova. Yulimar Rojas apenas logró 17 unidades. Ellas, además de la portuguesa Patricia Mamona, la griega Paraskevi Papachristou, la israelí Hanna Knyazheva-Minenko y la rumana Elena panturoiu, definirán hoy la corana de 2017.
Como si fuera poco, en estos años Caterine también se subió a los dos podios olímpicos en la especialidad. Fue plata en Londres 2012 y oro en Río de Janeiro 2016. Su sueño es retirarse con una nueva presea colgada en su cuello, en la cita de Tokio 2020, algo que no parece imposible, pues su trabajo al lado del técnico cubano Ubaldo Duany siempre ha dado frutos.