Alias ‘La registradora’, según las autoridades, fue encargada de cambiar las identidades de los capos de la banda.
La muerte del temible jefe del Clan del Golfo alias ‘Gavilán’, hace tres meses en Urabá, desató un guerra al interior de esa organización para quedarse con el segundo mando más alto en la jerarquía de la banda criminal, con las propiedades y el negocio del narcotráfico que lideraba Roberto Vargas, explica un agente de inteligencia.
Explica un investigador que alias ‘Pipón’ ofreció una millonaria recompensa por el asesinato de uniformados y agentes de inteligencia que participaron en el operativo donde murió su hermano.
Mientras tanto, los otros se encargaron de administrar las propiedades y la fortuna que dejó ‘Gavilán’, cercana a los 10 mil millones de pesos.
Toda esa información fue recaudada por agentes de inteligencia de la Policía, que desde agosto pasado, después de la muerte de ‘Gavilán’, continuaron tras la pista de sus socios y cómplices.
En la misma investigación, los analistas descubrieron a esta mujer conocida con el alias ‘Luz’ o ‘La registradora’.
Alias ‘Luz’, para los agentes, era la encargada por alias ‘Otoniel’ de expedir cédulas de ciudadanía con otras identidades de los capos del Clan, entre ellos ‘Gavilán’ y alias ‘Otoniel’.
Toda la información recaudada fue entregada a los comandos conjuntos especiales de la Policía Antinarcóticos, la Dijín, el Ejército y el CTI que participan en Agamenón II para poder ejecutar el operativo que permitió la captura no solo de alias ‘La registradora’ sino también de seis familiares de ‘Gavilán’ en Urabá.
A estos también los sindican de estar conformando un nuevo clan delincuencial para apoderarse de todos los negocios del narcotráfico y extorsión. Se llamarían ‘Los Vargas’ y buscarían apoderarse del Urabá, en caso de que se hiciera efectivo el proceso de sometimiento de alias ‘Otoniel’ y la gente del Clan del Golfo ante las autoridades.