Según investigadores del Cinep y el IPC, la presencia de actores como las AGC en Urabá tiene varios objetivos específicos, pero uno en especial: controlar el corredor, o sea el territorio y todo lo que se mueve en él.
Desde hace décadas, por Urabá se ha traficado con cocaína, recursos naturales y hasta personas. “Estos actores necesitan que se mantenga el tema de la comercialización de actividades ilícitas”, señala Herrera.
“La gran cantidad de dinero que arrojan estos delitos van a perpetuar el conflicto allí”, dice Tobón. Cualquier resistencia a este proyecto, venga desde las iniciativas de sustitución de cultivos o resistencia a actividades extractivas pone en riesgo a los líderes.
Según miembros de Marcha Patriótica en la región, Yimer Cartagena era un activista por los planes de sustitución de cultivos ilícitos en el marco del acuerdo de paz. Ellos denuncian que lo mataron por ese trabajo político.