En minga permanecen más de 2.600 integrantes de las comunidades indígenas de los resguardos Río Murindó y Río Chageradó por la crisis sanitaria y ambiental que padecen tras el desvío del principal afluente de esa población, situación que los tiene gravemente afectados desde hace más de un mes.
El líder Gilbert Bailarín explicó que se encuentran en sequía y dijo que es necesario que se realicen las labores necesarias para devolver al río a su cauce y evitar así más afectaciones ambientales.
“Es muy complicado, en estos momentos sentimos que la situación es muy compleja y por eso exigimos que el Gobierno se ponga la mano en el corazón”, expresó el líder.
Los indígenas adelantan movilizaciones hasta la Alcaldía municipal, donde esperan que las autoridades les den respuestas.