12 familias víctimas de despojo en diferentes partes de Antioquia fueron ubicadas por la Unidad de Restitución de Tierras en una finca, perteneció al Cartel de Medellín, ubicada en La Ceja.
Todas son víctimas de despojo por culpa de los violentos. Las 12 familias llegaron de Urabá, Suroeste y el oriente lejano de Antioquia, y aunque ya fueron beneficiadas con un fallo judicial para que les fueran restituidas sus tierras, no pudieron ser ubicadas en sus antiguas parcelas por diferentes razones.
La solución de la Agencia de Restitución de Tierras fue ubicar a esas familias en el municipio de La Ceja, donde se aprovechó una finca que perteneció al cartel de Medellín, específicamente a la familia Galeano, y que luego de aplicársele la extinción de dominio, fue entregada para reponer a las víctimas del conflicto armado.
Paola Andrea Cadavid Acevedo, directora regional de la Unidad de Restitución de Tierras, explica que es la primera vez en Antioquia que se ubican varias familias, procedentes de diferentes regiones, para que convivan en un predio en extinción de dominio.
“Estas son familias compensadas, ya todas cuentan con sus títulos de propiedad para reconstruir su proyecto de vida, lo diferente acá es que ocurre en una tierra distinta de la cual fueron expulsadas o despojadas. Devolver a una familia el predio del que salió es algo muy emotivo, pero acá lo especial es que estas personas deben construir una comunidad con otros restituidos o compensados que no conocen”, agrega la funcionaria.
“Una segunda oportunidad”
Estos núcleos familiares que llegan a La Ceja ya han tenido reuniones previas para conocerse, incluso la mayoría tiene pensado qué tipo de proyecto productivo van a desarrollar en sus nuevas parcelas. “En los encuentros han salido buenas amistades, ya hay camaradería. Esto hace que la convivencia sea más fácil”, dice la directora regional.
Nahun Orrego Sosa, quien llegó de Urabá con su esposa y sus tres hijos, afirma que estuvo preso por casi una década por un delito que nunca cometió (la justicia lo absolvió) y aparte de eso los grupos armados ilegales le quitaron dos casas que tenía en el barrio Policarpa, de Apartadó.
“Lo tuve todo y la violencia me dejó con nada. Después de salir de Urabá estuvimos en Villavicencio, Bogotá y otras partes del país intentando reconstruir nuestras vidas, fue muy duro, pero ahora esta nueva oportunidad tiene pinta de alegría, acá ya conocí nuestra nueva parcela y no veo la hora de construir y cultivar arándano y tomate”, narra Nahun, quien desde diciembre está viviendo en La Ceja, con su familia, “para poder acostumbrarse al clima”.
Desde el municipio de San Carlos llegó José Alberto García García, otro de los beneficiados, asegura que nunca creyó en los funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras cuando le dijeron que iba a volver a tener una tierra. “A nosotros, los grupos armados nos amenazaron de muerte tantas veces que perdimos la cuenta y en la tierrita que tenía no pegaba bien el café, que tanto me gusta sembrar, ahora en este terreno veo un futuro para mi familia”.
Según la dirección regional de la Unidad de Restitución de Tierras, estas 12 familias van a tener un acompañamiento para asegurar una convivencia sana entre todas las personas.
Por su parte, el Banco Agrario tiene priorizados los proyectos de vivienda que permitirán la construcción de las casas.
“Ellos ya tienen su titulo y en cualquier momento pueden explotar su terreno, aunque no pueden venderlo hasta dentro de dos años”, explica Paola Andrea Cadavid.