El título de esta columna de opinión es claro, pero quizá pueda ser mal interpretado por algunos. Cuando digo “Urabá tiene norte” no me refiero precisamente a algo que suena y resuena en estos días, el supuesto futuro y buen camino que le espera a la región en los próximos años con la llegada de megaproyectos, tales como: El puerto Antioquia, en Turbo, El puerto Darién, en Necoclí y el sistema de riego para Mutatá; me refiero a esa extensión geográfica ubicada en la parte norte de la región y más exactamente a la comprendida por los municipios de Arboletes, San Juan y San Pedro de Urabá.
La parte norte de la región, comprendida por los tres municipios mencionados anteriormente, más Necoclí, está considerada como la de mayor proyección turística, sin embargo los tres municipios más al norte deben enfrentar grandes retos para incorporarse a ese “desarrollo” que traerán los megaproyectos ya mencionados, la razón no es solo de infraestructura y logística, también de capital humano, claro que también hay que sumarle que estos municipios son un tanto ignorados cuando se habla o se hacen proyecciones de desarrollo para la región. Ejemplo de eso es San pedro de Urabá, que ni siquiera está atravesado por una red vial primaria, tal y como queda evidenciado en un mapa del estudio de “Tendencias ocupacionales de corto y mediano plazo para la región de Urabá” realizado por la Gobernación de Antioquia y otras entidades.
No se puede desconocer que todos los megaproyectos planteados tendrán un alto impacto en toda la región, pero como la verdad hay que decirla, con el Puerto Antioquia los beneficiados van a ser los municipios de siempre: Apartadó y Turbo o los que conformaran el área metropolitana que planean conformar, que por cierto son los mismos que conforman el eje bananero: Apartadó, Turbo, Chigorodó y Carepa; con el sistema de riego, Mutatá en el sur, con el Puerto Darién Necoclí, que si bien hace parte del norte, está muy cerca de Turbo ¿Y qué hay para San Pedro, San Juan y Arboletes? Estos municipios que parecen ser los destinados a recoger las migajas de los demás de la zona.
Pues bien, ahora en el Gobierno de Luis Pérez surgió un nuevo proyecto: el de la construcción de una nueva ciudad para Urabá, ésta podría estar ubicada en Arboletes, en una hacienda de dos mil setecientas hectáreas, adquirida por la Gobernación por la suma de cuarenta mil millones de pesos, y que antes pertenecía al Fondo Ganadero de Antioquia. Además de la planeación de un futuro puerto turístico y uno pesquero; para San Pedro propusieron algunos líderes de la región en la sesión de la Asamblea Departamental realizada en Arboletes, la pavimentación de la vía entre los dos municipios; para San Juan no se ha escuchado nada hasta el momento, pero de realizarse lo propuesto para Arboletes, también se beneficiaría, dada la cercanía entre los municipios.
¿Y el desarrollo humano?
Hasta el momento hemos visto que se plantean una serie de proyectos para Urabá, pero éstos solo responden a necesidades de un mercado técnico y capitalista, a la construcción de infraestructura, dejando de lado el desarrollo humano, ese que resuelve las necesidades básicas de cualquier individuo y que por ende genera una estabilidad social.
Si hablamos de orden público, el norte de la región ha sido y es mucho más estable y alejado del conflicto que el eje bananero donde se concentra la mayoría de la agroindustria regional, sin embargo esto no quiere decir que no haya unas necesidades básicas que resolver y que si bien la principal no es la seguridad, sí hay otras, que si no son solucionadas, pueden conllevar a generar desequilibrio social, tales como: hambre, daños al medio ambiente, etc.
El desarrollo no debe pensarse solamente en lo que a infraestructura se refiere, también debe hacerse a una escala humana, es más ambos desarrollos deberían ir de la mano, por ende cuando se va a interferir en un territorio para generar trasformaciones en infraestructura o cualquier ámbito, se debe tener en cuenta a la comunidad, la forma en que piensan y como perciben su entorno y territorio. En Colombia hay ejemplos claros, de que el desarrollo material o bien sea solo en infraestructura, por sí solo no funciona para garantizar el cumplimiento de necesidades básicas a las comunidades. El ejemplo más claro es el caso de Buenaventura, ¿qué van a hacer los dirigentes políticos, gremiales y comunales para evitar que eso suceda en Urabá?
Turismo
Como ya lo mencioné, la zona norte de Urabá es la que más proyecciones tiene para el turismo, por lo menos en sol, playa, naturaleza y bienestar, pero así de grande como es su potencial, también son los retos que se deben enfrentar para potencializar o convertir esa parte de la región en un atractivo turístico que cumpla con unos estándares de calidad en prestación de ese servicio. El “Estudio de tendencias ocupacionales de corto y mediano plazo para la región de Urabá” menciona que éste sector aún no ha sido considerado como un eje de desarrollo económico, lo que vuelve a evidenciar lo poco que se ha tenido en cuenta esa parte de la región en comparación con el centro de la zona de Urabá.
De los tres municipios más al norte el que mejor desarrollo en turismo tiene es Arboletes y es que éste municipio tiene un aventaja: el volcán de lodo y la costosa adecuación de sus playas que costó más de quince mil millones de pesos y por estos días se lleva el lujo de tener el mejor y más caro de los hoteles del Urabá antioqueño, mas no es suficiente.
Sin embargo, el turismo no está basado solo en infraestructura, y aquí volvemos al lado humano; falta mano de obra calificada en la región y no solo para el turismo en la parte norte, sino también en todos los megaproyectos planeados para Urabá, aquí surge una pregunta con la que pienso cerrar: ¿está preparada la región de Urabá para recibir tantas transformaciones en infraestructura teniendo necesidades básicas en las comunidades sin resolver o/y el personal calificado para enfrentarlas?