A finales del año pasado 50 hogares en Carepa, Urabá antioqueño, sufrieron por las inundaciones causadas por las fuertes lluvias, las mismas familias que en el primer semestre de 2016 padecieron una cruda sequía. En Arboletes hay problemas de erosión y sedimentación, y al igual que el 55 por ciento de la costa Caribe colombiana, está bajo amenaza de ser arrasada por el mar.
Estos problemas causados por el cambio climático, agravados por el accionar irresponsable de los seres humanos, se pretenden mitigar con el lanzamiento del Plan Clima y Paz Urabá, Nutibara y Urrao 2040, que propone transformar la región para que además de adaptarse a fenómenos como el aumento de temperatura o el crecimiento del nivel del mar, se logre construir tejido social en un territorio golpeado por el conflicto armado.
Hoy en la sede de la Cámara de Comercio de Apartadó se lanzará oficialmente el plan, que ha sido catalogado como una hoja de ruta a largo plazo, y en el cual participarán asociaciones como la bananera Augura y la ganadera Suganar.
Como una brújula para el futuro definió este proyecto Arbey Molina, subdirector de Planeación y Ordenamiento Territorial de Corpourabá. Durante las mesas de trabajo se recopilaron 70 iniciativas en los 19 municipios que hacen parte de la corporación.
Con la presentación del plan, el paso siguiente es que las distintas organizaciones, administraciones municipales, y empresas que desarrollan actividades en el Urabá, asuman algunas de las propuestas para financiarlas e implementarlas. El presupuesto acordado para los primeros siete años asciende a 89.000 millones de pesos.
La consultoría del grupo E3 resultó fundamental para la construcción del plan, pues permitió la asociación de Cordupaz, con experiencia en temas de conflicto, y Corpourabá, entidad que lidera los planes ambientales de la región.
“En una zona con tan altos indicadores de guerra, la alianza entre estas dos corporaciones es de vital importancia para transformar y lograr el renacer del Urabá”, manifestó Claudia Martínez, directora de E3.
Entre las iniciativas que se presentarán hoy dentro del portafolio de servicios, está remplazar la ganadería extensiva por una silvopastoril, garantizando 400 árboles por hectárea sin afectar el rendimiento del ganado y reduciendo las emisiones de CO2.
“Sabemos que no podemos frenar el cambio climático, pero sí podemos adaptarnos y mejorar la calidad de vida de quienes habitan el Urabá antioqueño”, apuntó Molina.