La noticia con la que comienzo el día me llenó de tristeza y sé que no fui al único quien con sorpresa vio los titulares en la región: “5 asesinatos en Urabá: 4 de ellos menores de 20 y un campesino de 55 años muerto a golpes”. Veo que la ciudadanía, dolida por los jóvenes de su región, se pregunta: ¿qué está pasando? ¿en qué estamos fallando? ¿Quizá es culpa de los padres? ¿es un problema del estado? ¿estamos condenados a vivir en la violencia?
Urabá, considerado un “mar de oportunidades” con grandes proyectos regionales, 3 puertos marítimos y proyectado a grandes inversiones, presentó la cifra de homicidios con un incremento del 50% con respecto al mismo periodo del año pasado (85 homicidios de enero a junio de 2016 frente a 119 de enero a mayo de 2017). Esta cifra alertó a la gobernación de Antioquia en los primeros meses de 2017 y pese al plan de contingencia con 130 uniformados nuevos en la subregión, la cantidad de asesinatos no disminuyó.
Según el informe. Los jóvenes (entre 15 y 28 años de edad), siguen liderando la lista trágica de los homicidios en Urabá. Datos que condicionan a grandes retos a las alcaldías en temas de seguridad y programas sociales que mitiguen e incentiven a jóvenes en riesgo y en conflicto.
El informe de la Fundación Ideas Paz, ratificó esta situación al establecer que el año pasado el grupo de edad más afectado por homicidio se centra en edades entre los 15 y 29 años, representaba el 47.8%, (5.873 casos), de 12.262 que fue el total de homicidios que hubo el 2016 en Colombia.
Un joven del barrio Barrio “El Bosque” de Turbo, quien solicitó no mencionar su nombre por su seguridad, describía su motivación para estar en el conflicto: “hay pocas oportunidades. Mi madre es soltera y tengo 4 hermanos, nos toca batallar. Y las peleas son por respeto, se meten con nosotros y nos toca responder”.
Sabemos que la desigualdad siempre trae consigo violencia. Y si a esto le sumamos la falta de acompañamiento de los padres de esos jóvenes y el abandono del estado, tenemos un cóctel mortal que nos cobra facturas todos los días: Robos, aumento de pandillas y asesinatos son ahora nuestros titulares en lugar de ser titulares de una tierra que se levantó de una época sangrienta y busca posicionarse como un lugar clave en la región y el país.
Sabemos que los programas que hay para esta población no son suficientes. Que debemos exigir a nuestros gobernantes políticas públicas que alcancen a la mayoría de esta población que no debería estar en las calles cobrando muertes día a día sino haciendo quedar el nombre de la región en alto. Así como lo han hecho varios deportistas e investigadores en el área de la robótica.
Tenemos que ser nosotros como ciudadanos los que pasemos de la queja a la acción y a exigir nuestros derechos ciudadanos.
Vía Edison Carrillo
Director Corporacion Cero Generación Perdida