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Túnel del Toyo verá la luz en cuatro años

Es un hito. Las montañas del occidente antioqueño comienzan hoy a ser perforadas para construir el túnel más grande de Colombia, con 9,84 kilómetros de longitud y que acercará a Medellín, el centro y occidente colombiano a Urabá.

El túnel del Toyo, entre Santa Fe de Antioquia y Cañasgordas, es un sueño que desde la década del 50, en el siglo pasado, tuvieron visionarios como Fernando Gómez Martínez y Gonzalo Mejía.

La necesidad de aquella época sigue latente 78 años después: una vía rápida y segura que diera salida al Urabá. La actual vía al Mar, que empezó a construirse en 1926, es insuficiente y obsoleta.

“Por la carretera al mar (…) que no pasa de ser una pobre vía que irradia su influencia sobre 24 municipios y conecta tres regiones (Valle de Aburrá, Occidente y Urabá), transitan pesados vehículos de carga”, relató Gómez Martínez en el texto La Vigencia de un Pensamiento, editado en 1980.

Un debate de décadas

El proyecto del túnel del Toyo, del cual son socios la Gobernación, la Alcaldía de Medellín y la Nación, fue tan discutido como postergado, aunque se coincidía en la importancia de una obra de ingeniería que redujera el recorrido entre Medellín y Urabá.

Era una intervención compleja por las condiciones topográficas de altas montañas, y afluentes. Un territorio que en la décadas de los 80 y 90 fue uno de los más convulsionados en cuanto al orden público.

En 2009, con la firma de un convenio de cooperación entre el Inco, hoy Agencia Nacional de Infraestructura, el Departamento de Antioquia, el Municipio de Medellín, el Ministerio de Transporte y el Instituto Nacional de Vías, se inició un camino largo para darle luz al proyecto del túnel. Ese año se dio vía libre a la cofinanciación y realización del proyecto corporativo vial Autopistas de la Montaña.

Cuatro años después, esos entes territoriales y entidades acordaron la suscripción de la obra dentro del proyecto Autopistas de la Prosperidad y decidieron aunar esfuerzos para el desarrollo del proyecto Túnel de El Toyo y sus conexiones viales. El 16 de enero de 2015 se acordó su planeación, financiación y ejecución.

Pero fue durante los últimos tres años cuando el proyecto, a pesar de estar definido, vivió su mayor incertidumbre. La administración del gobernador Sergio Fajardo dejó contratada y adjudicada la obra, y su sucesor, Luis Pérez Gutiérrez, encontró reparos a esos trámites, por lo que decidió frenar el proceso y entrar en una serie de cuestionamientos técnicos y jurídicos.

La Contraloría de Antioquia, en marzo de 2016, emitió un informe en el que reveló hallazgos que apuntaban a fallas como la no realización de estudios ambientales y prediales previos a la suscripción del contrato.

En medio de la polémica, Lina Vélez de Nichols, directora de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, recalcó que “el túnel es un sueño de Antioquia y es al gobernador Pérez a quien corresponde ejecutarlo y con absoluta responsabilidad, que apoyo y respaldo, ha decidido revisar el proceso contractual. Todos los debates en torno al tema aportan a la materialización de esta obra”.

Tras la mediación de la Procuraduría, y la celebración de un otrosí con el constructor, el gobernador dio el aval para la reanudación del proyecto, seis meses luego de lo previsto.

Cómo se trabajará

El proyecto Túnel del Toyo, que cuesta cerca de 1,83 billones de pesos y consta de dos fases o tramos, inició hace poco más de un año con la elaboración de diseños, estudios ambientales, sociales y prediales, lo que en ingeniería se conoce como fase preconstructiva y que duró 24 meses.

Según Gilberto Quintero, secretario de Infraestructura de Antioquia, en 10 años la obra que comprende, en total, 18 túneles y 30 puentes debe estar culminada y entregada para su uso.

La construcción del tramo 1 (desde Giraldo, donde comienza el túnel, hasta Cañasgordas, final) tiene un plazo de seis años y estará a cargo de la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín, que invierten $780.000 millones y 520.000 millones, respectivamente.

El ducto, propuso el presidente Juan Manuel Santos el 22 de abril de 2015, llevaría el nombre de Guillermo Gaviria Echeverri.

El tramo 2, agregó Quintero, va desde Santa Fe de Antioquia hasta donde empieza el túnel y es construido por el Gobierno Nacional (Invías).

“El compromiso es que (Invías) saque la licitación este año y empiece a construir en 2019. Tiene 5 años de plazo”, anotó y agregó que esa entidad tiene que comprar e instalar los equipos electromecánicos de los dos tramos, incluido el túnel. “Esto se demora tres años, es decir que a partir del 2021, tiene que instalar esos equipos”.

La perforación del túnel empezará desde dos frentes (entrada y salida) a través de los 9,8 km de longitud hasta encontrarse y ver la luz. Ese hito, se estima, será en 4 años.

“El rendimiento normal en este tipo de labor y con la máquina tan sofisticada que se utiliza (ver nota en la parte inferior) es de 4 metros por frente diario, trabajando 24 horas. Lo importante es que, en la medida que van abriendo hacen tratamiento de bóvedas, lo que quiere decir que una vez se encuentren, en cinco meses está terminada la obra”, enfatizó.

Ya en el 2023 se estima que esté construido el túnel y sus complementos, y se entrará en una fase de operación y mantenimiento del proyecto, que va hasta el año 2025. Luego la obra se entregará al Gobierno Nacional que definirá cuál de los dos consorcios, Mar 1 o Mar 2, se hacen cargo de su manejo.

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