El inicio de las excavaciones del túnel del Toyo, con presidente de la República y gobernador a bordo, marca un hito histórico en el desarrollo de la infraestructura vial de Antioquia, Colombia y Urabá, esta última la gran beneficiada.
Sin duda, a la región de Urabá le llegó su cuarto de hora gracias a las megaobras el Toyo, que une a las autopistas Mar 1 y Mar 2; la Transversal de las Américas, que avanza en un 80 por ciento, además de Puerto Antioquia, que se construirá en el corregimiento Nueva Colonia, de Turbo, y Darién Internacional, en jurisdicción de Necoclí, liderado por la firma Conconcreto.
El futuro para la región es promisorio. El desafío ahora para todos sus municipios, pobladores, empresarios, sindicatos, academia, comerciantes, estudiantes, gremios y demás fuerzas vivas, está en prepararse, planificar el territorio, identificar los problemas y establecer compromisos para que, de verdad, el impacto de las obras se refleje en una mejor calidad de vida de todos los habitantes.
La región no puede repetir la historia de otras zonas, caso Buenaventura, cuyos habitantes se convirtieron en testigos del paso de las mercancías y tecnologías que impactan el desarrollo del interior del país, mientras su suelo y sus gentes se sumen en la soledad y el atraso.
El túnel del Toyo es una suma de voluntades, que hay que reconocer, de los gobiernos de Medellín, Antioquia y Colombia. Su costo será de 1,8 billones de pesos. De estos, la Gobernación aporta $780.000 millones, el Gobierno Nacional $540.000 millones y Medellín, $520.000 millones, una tajada significativa de su presupuesto.
El recorrido por tierra entre Medellín y Urabá se reducirá a cuatro horas, un tiempo quizás impensado para algunos prohombres del departamento que desde hace más de cien años soñaban con la “vía al Mar” y hace seis décadas con la construcción del Toyo y otros túneles, como el Fernando Gómez Martínez, obra también bandera de EL COLOMBIANO. Son numerosos los reportajes, entrevistas, editoriales y separatas especiales del diario tratando de dar forma a estos sueños que hoy se cristalizan.
Las Autopistas de la Prosperidad, de las que el Toyo es uno de sus grandes desafíos, generarán en su etapa de construcción más de 190.000 puestos de trabajo nuevos y bajarán la tasa del desempleo regional a 5 %, según el análisis Implicaciones Sociales y Económicas de las Autopistas de la Prosperidad, realizado por expertos de la UPB, la U. de A. y el Sistema General de Regalías.
Urabá hoy desborda en optimismo, quedará a 4 horas de Medellín y acercará además el Valle de Aburrá, Eje Cafetero y suroccidente colombiano a los mercados internacionales.
En el último año el crecimiento de su base de empresas nuevas fue del 12,5 %. En años pasados la base empresarial de la región eran comerciantes, micro y pequeñas empresas. Este renglón creció 15 %. Sin embargo, las medianas empresas, que generan grandes capitales y empleos, en buena parte, motivadas por estas obras, han crecido un 75 % y hay una nueva demanda de empresas registrándose, precisan datos de la Cámara de Comercio de Urabá.
No obstante estos indicadores optimistas, hay que tener en cuenta que la pobreza multidimensional en la zona urbana de los municipios del Eje Bananero es del 62,5 %, un 16,8 % por encima del promedio nacional.
Urabá debe pensarse desde adentro, con acompañamientos de los gobiernos departamental y Nacional, con agendas de desarrollo sostenible y propias, que planteen problemas y sus soluciones, como algunas de las iniciativas que hoy impulsan las fuerzas vivas la región.