Fiscalía, CNE y Comisión de Acusaciones indagan de dónde salió esa plata que, según Armando Benedetti, sirvió para la victoria de Petro en las elecciones de 2022, además de los votos de la Costa Caribe. El presidente responde que no hubo irregularidades y habla de un “golpe blando”.
La campaña presidencial que culminó el 19 de junio del año pasado con la victoria en segunda vuelta para Gustavo Petro tiene un halo de ilicitud que tiene autoridades administrativas, políticas y judiciales rastreando el posible ingreso irregular de al menos 15.000 millones de pesos a las arcas de quien se convirtió en el primer presidente de izquierda en Colombia. Y el puente, según se deriva de lo revelado en el escándalo más duro que enfrenta hasta ahora el gobierno en 10 meses de gestión, está entre Armando Benedetti y Ricardo Roa.
El primero, quien fue hasta el viernes pasado embajador en Venezuela, explotó tras varios desplantes y terminó siendo protagonista de las filtraciones con las que Semana destapó que habría movimientos ilegales de plata desde la Costa; Benedetti es, a propósito, oriundo de Barranquilla. Y el segundo, quien fue gerente de la campaña y ahora lidera Ecopretrol, no habría reportado esos ingresos en las contabilidades oficiales que quedaron consignadas ante el Consejo Nacional Electoral.
El caso de los audios de Benedetti es tan complejo que las investigaciones le competen a varias entidades. El CNE tendrá que revisar las cuentas que hizo la campaña para determinar si esas corresponden con el dinero que gastó el mandatario en 2022. Por otro lado, Petro podría ser llamado a rendir cuentas por la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes y no se descarta la posibilidad de que la Fiscalía indague los presuntos delitos en los que habrían incurrido funcionarios que no tienen fuero, como el presidente de Ecopetrol, Roa.
Incluso al cóctel de posibles pesquisas se sumó una denuncia penal que presentó el excandidato presidencial, Federico Gutiérrez, contra Petro, a lo que el mandatario respondió que se trata de un intento de “golpe blando” de sus rivales políticos.
Tras la caída de Benedetti por el niñeragate –que lo involucra a él y a la exjefa de gabinete Laura Sarabia– se filtraron los audios en los que amenazó con contar todo lo que sabía. Y ese “todo” es la maquinaria que aceitó para conseguir votos en la región Caribe, donde se mueve políticamente.
“En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa, yo sé qué es esa mondá. Tú, que no sabes un culo de historia, lee cómo empezó el hijueputa (proceso) 8.000 (…) ¿Qué tal que uno diga, mamando gallo, quién fue el que puso la plata aquí en la Costa?”, amenazó Benedetti en uno de esos archivos.
Pero las filtraciones de 26 minutos –reveladas por Semana– no son la primera pista para rastrear la plata que llevó a Petro al poder. Desde antes del escándalo de Benedetti, los números no le estaban cuadrando a la campaña porque una auditoría de contabilidad mostró que Roa había anulado una factura de pago del esquema de seguridad, aunque el monto de ese recibo ($77 millones) es irrisorio cuando se compara con los $15.000 millones de los que habla el exembajador.
Esta última cifra es difícil de dimensionar para un colombiano de a pie. Con ese dinero se puede pagar el salario mínimo mensual de 12.931 personas o se le puede asegurar un sustento mensual por un año a 1.077 trabajadores. Y es ese monto el que no está en los folios oficiales que se reportaron al cierre de la campaña. Por eso, aquí salta una conveniente coincidencia: el aplicativo Cuentas Claras de CNE (creado para monitorear los ingresos, gastos y préstamos) no funciona desde la semana pasada, por lo que este lunes fue imposible verificar qué fue lo que Petro y su equipo reportaron.
Desde el CNE alegan tener problemas con los sistemas y sus técnicos dicen que es necesario esperar para que funcione, lo que deja a la ciudadanía sin la fuente oficial para desenredar las cuentas de esa campaña. Pero parte de esos números quedaron documentos por EL COLOMBIANO en medio de revelaciones previas que hizo.
Presidencia de $50.000 millones
Entre las consultas intertpartidisitas, y la primera y la segunda vuelta, el entonces candidato gastó $50.323 millones. El rubro que menos le requirió plata fue la promoción de la consulta interpartidista para la que pidió un crédito de $11.000 millones, de los que gastó $8.738 millones en propaganda, administración y transporte.
Una vez ganó esa consulta y quedó como el candidato oficial de la izquierda, solicitó otros créditos bancarios por $18.900 millones que usó casi en su totalidad para propaganda, y lo que acreditó como un “crédito particular” de $450 millones, además de otros rubros menores. En ninguno de esos montos aparecen las cifras que da Benedetti en sus audios sobre los ingresos.
La propaganda de Petro fue tan costosa que ese monto le resultó insuficiente para mover su nombre en el ámbito nacional y terminó gastando $28.384 millones. Pero, para entonces –antes del 29 de mayo–, faltaba el tarjetazo final para enfrentar la segunda vuelta con un Rodolfo Hernández, que resultó ser el palo de la contienda y en las tres semanas que se contaron desde esa fecha al 19 de junio (segunda vuelta) pidió otro crédito por $11.606 millones, tuvo una donación de $30 millones y terminó gastando $13.199 millones. En contraste, el ingeniero Hernández solo gastó $3.000 millones para el final de la campaña.