Partiendo de la idea de que los costos laborales son una de las razones de peso del deterioro laboral en Colombia, lo que tiene al desempleo al alza desde hace 4 años y que en la última medición del Dane, en agosto, se ubicó en 10,8 %, el centro de pensamiento económico Anif volvió a insistir en su propuesta de salario diferencial para jóvenes menores de 25 años, en solo el 75 % de un salario mínimo.
Hay que recordar que el desempleo en los jóvenes es aún más alto que el del promedio de la población: fue de 17,7 %, lo que se ha convertido en otro argumento para proponer la idea de un menor salario.
Y otro punto crucial, que poco se ha abordado, es el hecho de que el desempleo lo está presionando la población no calificada. Sin embargo, en la propuesta de Anif se habla de jóvenes de menos de 25 años que van a entrar al mercado laboral en el primer año y requieren una etapa de formación y aprendizaje.
El punto álgido de la controversia es que, por lo general, los jóvenes de hoy, a los 25 años, aunque no han tenido experiencia laboral en algunos casos, si tienen una amplia preparación, lo que implica haber hecho grandes inversiones para estudiar varios idiomas, viajar y formarse hasta con maestrías.
Dentro de los elementos para el debate, el director del Observatorio laboral de la Universidad del Rosario, Iván Jaramillo, pone el tema de la constitucionalidad.
«La Constitución colombiana garantiza como principio de derecho del trabajo una remuneración mínima, vital y móvil para los trabajadores en Colombia«, indicó.
En términos legales, «la remuneración porcentual del salario mínimo se aplica hoy al apoyo de sostenimiento en contratos de aprendizaje que justamente no constituyen relación de trabajo», recordó Jaramillo.
El experto agregó que, si bien la tasa de desempleo juvenil duplica la tasa nacional de toda la población, «la flexibilización como reducción de derechos ha demostrado ser ineficiente para corregir problemas del sistema laboral en empleabilidad es preferible optar por vías de corrección enfocadas en la conexión del sistema educativo y el mundo laboral y esquemas de acreditación y reconocimiento de experiencia en programas de formación por ejemplo».