Varias familias se resguardan en zanjas y huecos para evitar el impacto de las balas por los combates entre el ELN y el Clan del Golfo.
Pese a los llamados constantes que han hecho a las autoridades y la crueldad de las imágenes que comenzaron a circular, las ayudas no han llegado a la comunidad indígena Puerto Antioquia, ubicada en Riosucio, Chocó. A falta de alimentos, medicinas y protección, 12 familias se vieron obligadas a dejar el resguardo y desplazarse hasta Isleta, una comunidad que queda a una distancia de 4 horas por río.
Con ollas y canastas que contienen sus pocas pertenencias, los grupos familiares integrados por niños, adultos mayores y mujeres en embarazo prefirieron dejar sus casas para evitar que las balas lleguen hasta ellos, pues ya fueron declarados objetivo militar del Clan del Golfo.
Helfer Andrade, coordinador de los pueblos indígenas de Chocó, sostuvo que la atención a los resguardos ha sido complicada porque los combates no han parado y no hay garantías de seguridad para las comisiones. Indicó que “se está prestando la ayuda a medias porque está muy difícil el ingreso a los territorios”.
Mientras esto ocurre en Riosucio, en el Carmen del Darién, donde hacen presencia las comisiones de la Unidad para las víctimas, los indígenas piden un promotor de salud permanente, pues temen que se multipliquen los casos de malaria. Uno de los integrantes de la comunidad expresó que “siempre nos dicen que nos van a apoyar pero es solo por un tiempo. Necesitamos a alguien que esté pendiente siempre y que nos ayude con los niños y ancianos”.
Los enfrentamientos armados entre el ELN y el Clan del Golfo se han extendido por más de un mes, dejando a su paso nueve menores fallecidos a causa de complicaciones de salud y a las dificultades para trasladarlos a un centro hospitalario. Además, muchos de los habitantes de estos resguardos ya sufren desnutrición y tienen síntomas como diarrea, vómito y fiebre.
Hace pocos días se conocieron unas imágenes que dan cuenta de la tragedia que viven estas personas. Varias familias se resguardaban en zanjas y huecos para evitar el impacto de las balas por los combates, sumado a esto, los grupos ilegales aseguraron que se hizo la siembra de minas antipersonal en el territorio, por lo que el desplazamiento también es una opción de alto riesgo.