Urabá - 20 julio, 2019

Por crímenes cometidos en Urabá, el general (r) Mario Montoya responde ante JEP

Por Noticias Urabá

En lengua katía, Urabá significa “La tierra prometida” y es lo que refleja exactamente lo que es y ha sido esta zona del país.

La cadena radial «BLU Radio» tuvo acceso al documento de la JEP que vincula a 94 militares por el caso 004, correspondiente a la barbarie que vivieron las comunidades del Urabá chocoano y antioqueño en medio del conflicto armado.

Tendrán que comparecer, entre otros, el excomandante del Ejército general Mario Montoya Uribe, quien también fue llamado a comparecer en el caso de falsos positivos ante este tribunal.

En lengua katía, Urabá significa “La tierra prometida” y es lo que refleja exactamente lo que es y ha sido esta zona del país. Esta región es la salida de Antioquia al mar y, por su posición estratégica para el comercio internacional, ha sufrido múltiples enfrentamientos por el control territorial que los grupos armados quieren ejercer allí.

Para investigar todos los hechos de violencia en 20 años, la Sala de Reconocimiento y Verdad de la JEP abrió el caso 004, conocido como la situación territorial del Urabá. En esta investigación, fueron citados 94 militares activos, retirados y separados del Ejército, que deberán rendir versión.

El general Mario Montoya Uribe fue llamado esta vez a la JEP porque hay acusaciones contra él por una posible omisión en la masacre de Bojayá y por hechos que ocurrieron cuando fue comandante de la IV Brigada del Ejército, con sede en Medellín entre el 2001 y el 2003.

Además de Montoya, fueron citados el general Rito Alejo del Río, que quedó en libertad al someterse a la JEP y tiene una sentencia de 25 años y 10 meses de prisión por la muerte del líder chocoano Marino López Mena. Además, es investigado por hechos como la masacre de Mapiripán, Meta, y el magnicidio del periodista Jaime Garzón.

Asimismo, fue llamado el coronel Jorge Eliécer Plazas, quien también está vinculado a estas dos últimas investigaciones y el capitán, separado de su cargo en 2017, Iván Andrés González Villafañe, investigado por el homicidio en persona protegida que fue presentada como una baja en combate en el municipio de Buriticá, Antioquia.

Los militares fueron citados porque sus nombres aparecen en 8 informes presentados por la Fiscalía, el Centro Nacional de Memoria Histórica, la ONIC, el CINEP y 3 organizaciones sociales diferentes, sobre 3.523 hechos de violencia ocurridos en el Urabá antioqueño, bajo Atrato y Darién.

¿De qué hablan esos hechos de violencia? ¿Qué pasó en esa zona del país entre los años 1986 y 2016?

En esos 20 años, en el Urabá se registraron el 30 % de las masacres ocurridas en el conflicto armado en Colombia.

La información que tiene en su poder la JEP es sobre hechos como las masacres de Apartadó, Mutatá, Turbo, Chigorodó, Punta Coquitos, La Chinita, El Aro, Dabeiba, Yolombó, Remedios, Segovia, Urrao, Granda y Murindó, entre otros 20 municipios más.

Pero para entender cómo fueron todos estos hechos de violencia, la cadena radial habló con una víctima, una mujer de 39 años que tuvo que presenciar a sus 5 años el asesinato de su padre, un campesino que murió en medio de enfrentamientos entre el EPL y la fuerza pública. Por seguridad, quiso proteger su identidad.

Su familia huyó hasta la vereda Nueva Colonia en Punta Coquitos.

“En 1985 llegamos a esa vereda como recuperadores de tierra. En 1988 ocurre la masacre del 11 de abril en la vereda de los Coquitos, 27 víctimas fatales y la orden inmediata fue de desalojar la vereda. Nos convertimos en desplazados en ese momento, mi madre buscaba refugio en donde sus familiares, en Apartadó, a donde llegamos a vivir en el barrio Policarpa”.

Allí, en Policarpa, dice que sintió que pasaron de un infierno grande a otro pequeño, pues vivían en constante zozobra.

“Era una desnaturalización de la muerte. Era tan común encontrar todos los días un cadáver a su paso a la ida por el colegio, que la muerte dejó de ser algo lejano que solo les pasaba a otros, para volverse en algo tan común que hasta se acabaron las lágrimas. No había tiempo de llorar porque ese miedo, esa zozobra que se respiraba te privada hasta de las ganas mismas de llorar”, narró la víctima a BLU Radio.

Relatos como este serán entregados a la JEP por parte de las víctimas cuando se abran las fechas para las audiencias en el caso 004, en el que se busca establecer, a través de la verdad de los comparecientes, quiénes fueron los responsables de los hechos.

bluradio