Noticias Urabá

Policía presagió su muerte, no quería irse para el Urabá por miedo

El cuerpo del patrullero José Alejando Saade Ballesteros, asesinado la mañana del miércoles, llegó a su pueblo natal la tarde de ayer.

“José Alejandro, la última vez que nos visitó – viernes 6 de este mes – se fue triste para el Urabá; no se quería marcharse, y tenía miedo de que algo malo le pasara”. Con estas sentidas palabras, el joven patrullero de la Policía Nacional se despidió de sus familiares en el municipio de El Retén. Así lo informó en parafraseo Alfredo José Saade Lara, hermano de la víctima.

Saade Ballesteros, como si supiera que no regresaría jamás al pueblo que lo vio nacer, partió de esa población después de un turno de descanso el viernes 6 de abril, a reincorporarse a sus labores como policía en el Escuadrón Motorizado Rural Occidental, de la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural en el Urabá antioqueño.

Hoy, a cumplirse ocho días de su viaje, sus familiares no pueden creer lo que para ellos, es una pesadilla de la que quieren despertar. “No sabes el dolor grande que sentimos, quisiéramos que acabara pronto, se nos fue muy rápido”, cuenta una allegada al uniformado.

LA VÍCTIMA

El muchacho, de 23 años de edad, nació el 18 de marzo de 1995, hijo de María Eugenia Ballesteros Polo y Cesar Julio Saade Therán; terminó su bachillerato en el año 2012, graduándose en la Institución Educativa Departamental del Reten como Bachiller agroambiental.

En dialogo de este medio de comunicación con varios de sus familiares y allegados, llegaron a una descripción en común, “José era un buen ser humano. Único y no porque sea nuestro familiar sino porque en verdad lo era”.

‘URABÁ, UNA ZONA PESADA’

El Urabá antioqueño es una de las aéreas más compleja por la que patrullan hoy en día los miembros de la Fuerza Pública. Allí, se disputan el territorio y el control de la ‘coca’, la guerrilla, los narcotraficantes y los reductos de las AUC, autodenominadas Autodefensas Gaitanista o ‘Clan del Golfo’.

Los militares y policías a diario tienen combates en esa zona. Esta situación era la que en muchas oportunidades le hacía pensar al patrullero Saade Ballesteros, retirarse de la Policía. Así se lo hizo saber a su familia en repetidas oportunidades.

“Él me decía: ‘papá esta zona está pesada, bastante peligrosa’. Yo le dije un día, retírate José, eso está muy crítico, renuncia de eso. Pero él nunca me hizo caso”, dijo con lágrimas en sus ojos Cesar Julio Saade, padre del patrullero muerto.

EL PUEBLO ESTÁ DE LUTO

No hay una sola casa vecina a la residencia ubicada en la carrera 6 número 4-48 del barrio Centro, del municipio de El Retén, donde hoy no se hable de la muerte de este héroe vestido de verde oliva, que ofrendó sus últimos cinco años de vida por la defensa del territorio nacional.

Al interior de algunas de las viviendas, las mujeres de avanzada edad no dejan de rezar, o ponerles velas a los santos de su devoción, para que el cuerpo del patrullero Saade Ballestero, el cual fue mutilado por la explosión, descanse en paz.

Desde los más grandes, hasta los más chicos, comentan sobre la muerte de su conocido y amigo.

“José fue estudiante de este colegio y el haber compartido con él fue una experiencia muy bonita. Por eso ayer cuando (antes de ayer), recibimos la nefasta noticia y nos dolió mucho porque cuando muere un muchacho del común no pasa nada, son pocos los que lo recuerdan (…) pero cuando muere una persona especial, sobre todo con las características de él, que era muy joven, lleno de sueños, con ganas de salir adelante; de realizar su proyecto de vida, pero que desafortunadamente estos actos de barbarie, que la gente al margen de la ley o reductos de todo este mal manejo que se le ha dado a nuestro país, nos duele. El pueblo está de luto”, comentó con un nudo en su garganta el profesor Jorge Hernández, rector de la Institución Educativa Departamental San Juan Bautista, donde finalizó sus estudios el joven de 23 años.

Por su parte, el gobierno municipal decretó la prohibición de “expendio y consumo de licor de bebidas embriagantes en establecimientos públicos comerciales y similares tales como, billares, tiendas, cantinas y estancos, así mismo la utilización de música en estos”.

POLICÍA MAGDALENA LO RECORDÓ

Pasado un día de la nefasta noticia, el coronel Faber Dávila Giraldo, comandante del Departamento de Policía Magdalena dijo que “era un hombre dedicado y comprometido con la seguridad de nuestro país. En sus años de servicio recibió 4 felicitaciones y 2 condecoraciones por su vocación de servicio a la comunidad. A pesar de las adversidades se caracterizó por querer salir adelante y profesionalizarse a través seminarios y diplomados para mejorar su perfil profesional”.

Este medio conoció que el patrullero ingresó a en febrero de 2014 a la Policía Nacional a realizar su curso de formación en la Escuela Carlos Holguin Mallarino en la ciudad de Medellín, y que su curso lo pagó una de sus tías, hermana de su mamá.

Salir de la versión móvil