El 2020 comenzó con una declaratoria de calamidad pública en Arboletes. La alcaldía tomó este lunes la determinación, pues solo hasta el domingo pasado la empresa prestadora del servicio de agua, AAS S.A., suministró el líquido en el municipio.
La administración, en cabeza de la alcaldesa Diana Stella Garrido, informó que la crisis se debe a la sequía que azota la región, lo cual afectó la capacidad del acueducto y los niveles del río Jobo, del cual se capta el recurso para ser potabilizado.
Más de 7.000 visitantes de Arboletes que disfrutaban de las Fiestas de Corraleja y pasaban sus vacaciones en la localidad se vieron perjudicados, así como los cerca de 22.000 habitantes del pueblo.
“Una medida es atender la necesidad de agua de los hoteles con carro tanques, también en barrios con situaciones críticas y seguidamente todo el municipio”, informó la alcaldía.
Con la calamidad pública, Garrido espera que se pueda actuar con más agilidad y buscar una solución a la crisis que enfrenta el territorio.
Situación en Necoclí
Eloy González, administrador del hotel San Sebastián de Urabá, reveló que desde el 2 de enero hasta el pasado domingo no hubo servicio de agua, lo cual aburrió a los turistas que llegaron a disfrutar de las tradicionales Fiestas del Coco.
“El municipio colapsó, se dañaron las plantas y eso nos dejó sin agua. Había mucha gente. Quizás faltó logística por parte de la administración municipal”.
González lamentó la situación porque el gremio hotelero y turístico quedó muy mal parado. Anotó que el problema genera temor para recibir gente sin que Necoclí tenga buena capacidad en sus servicios.
El director de Turismo del municipio, Carlos Rojas, explicó que la interrupción se debió a fallas en la planta de bombeo, que es obsoleta, lo cual ocasiona que cuando el pueblo tiene muchos visitantes se presenten cortes de agua. Según dijo, la nueva planta comenzará a ser construida este mes.
Agregó que el alcantarillado también requiere una renovación y ya hay estudios para hacerlo, pero deben buscar financiación.
No obstante, sugirió a los hoteles que mientras se busca una solución definitiva adecúen sistemas de almacenamiento, porque “lógicamente, si no los tienen, en estos casos padecerán el problema”.