En siete años que Belén de Bajirá fue municipio de Chocó, la principal obra de infraestructura que pudieron realizar los cuatro alcaldes que gobernaron el territorio, fue la adecuación de 5 kilómetros de vía a la vereda Primavera.
En ese tramo, llenándolo de piedras y tierra para hacerlo transitable, invirtieron 120 millones de pesos que llegaron del Gobierno Nacional.
Y no hubo más proyectos materializados porque, según los tres alcaldes chocoanos que entre los años 2000 y 2007 tuvo el territorio, el pleito limítrofe con Antioquia, y la violencia en la zona, impidieron la gestión de recursos.
Cuando la Asamblea del Chocó, mediante ordenanza, le dio connotación de municipio de ese departamento al que hasta ese momento, y durante cinco décadas, había sido corregimiento antioqueño, la tan anhelada autonomía llegó al territorio y sus autoridades celebraron el inicio de una era de progreso, que siempre fue ausente.
Belén de Bajirá, que por casi cuatro décadas fue considerado corregimiento de Mutatá (Urabá antioqueño), hace parte de nuevo del departamento de Chocó, según un mapa publicado el pasado 9 de junio por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac).
Leopoldino Perea, un hombre de talante que había sido asesor de paz de la gobernación chocoana, asumió el encargo como primer alcalde de Belén de Bajirá, en 2000. No alcanzó a estar en el mandato un año, pues amenazas de grupos al margen de la ley lo hicieron salir del pueblo.
“Me hicieron correr. Con siete personas, me tocó irme para Quibdó y estar allá cuatro meses. Volvimos a Bajirá y mataron a líderes como Alberto Palacio, que promovían la soberanía de Chocó. Dejé de ser alcalde y me quedé en la lucha por el territorio. Aquí llevo 18 años”, comenta.
Perea recuerda que lo primero que hizo, luego de que el gobernador chocoano de entonces, Juan B. Hinestroza, lo nombrara mandatario del nuevo municipio fue comenzar a diseñar el plan de desarrollo local, proceso en que poco o nada se avanzó.
Despachó desde Quibdó
El cambio de gobernador en Chocó, trajo consigo un nuevo alcalde para Belén de Bajirá. Aníbal Salas, que había sido concejal de Riosucio y diputado de la Asamblea departamental entre 1995 y 1998, asumió el cargo, pero debido a la situación de inseguridad gobernó, la mayor parte del tiempo, desde la capital Quibdó.
“Ser municipio fue un querer de la comunidad. Mutatá recibía los pagos de impuestos y no eran reinvertidos en Belén de Bajirá. Al municipio de Riosucio le quedaba difícil ir a ese corregimiento y sus alcaldes no le prestaban atención”, recuerda.
Salas, el alcalde que más tiempo gobernó a Bajirá (2001 – 2005) atribuye la escasa inversión en la localidad, traducida en la adecuación de la vía a la vereda Primavera, a la dificultad para recaudar tributos.
“Muchos se negaban a pagarle al municipio. No tributaban hasta que no les definieran a qué departamento pertenecían: Chocó o Antioquia. Unos cancelaban a Mutatá”, explica.
El renglón más fuerte de la economía en Bajirá lo ocupa el comercio, que según autoridades de Mutatá puede representar el 70 por ciento, para un total de 410 establecimientos que aún hoy tributan a al municipio antioqueño una suma, de acuerdo con datos oficiales, cercana a los 3.000 millones de pesos al año.
Uno de los comerciantes tradicionales del pueblo, Álvaro Valencia, revela que cuando se dio el paso a municipio, él y muchos de sus colegas siguieron pagando a Mutatá, asumiendo la condición de habitantes de corregimiento.
“Llegaron a cobrar el impuesto y nadie pagó, porque cometieron el error de cobrarle a la gente desde el año 2000, cuando se creó municipio, sabiendo que algunos comerciantes en esa época ni existían”, asevera, y lamenta que en los siete años de gobierno chocoano, no hubo ni una sola obra. “Pasaron sin pena ni gloria”, enfatiza.
Presencia en Bajirá
El despacho del alcalde desde Belén de Bajirá se dio en firme con Amaury Arteaga, quien gobernó el territorio entre el 2005 y el 2007, último año como municipio, condición que se la retiró el Consejo de Estado tras fallar una demanda de la Gobernación de Antioquia, aduciendo que la Asamblea de Chocó no tenía competencia para haberle dado esa connotación.
“Cuando entro, el alcalde Salas despachaba desde Quibdó. Recibo, y lo primero que hago es trasladar la oficina a Belén de Bajirá. Se vinieron conmigo algunos funcionarios. Pusimos otros del pueblo en cultura y deporte”, apunta.
Al igual que Perea y Salas, Arteaga considera que las demandas de Antioquia a la ordenanza que le dio vida al municipio, impidieron la inversión y la ejecución de proyectos en el territorio.
“Teníamos recursos propios, provenientes de lo poco que se recaudaba en Industria y Comercio y sobretasa a la gasolina, pero no nos permitieron hacer gestión”, señala.
Arteaga asegura que en el 2006 obtuvieron una primera partida del Sistema General de Participación, pero “debido a la demanda ante el Consejo de Estado detuvieron esos recursos”.
“Si nosotros hubiéramos seguido funcionando como municipio la calidad de vida sería otra. Hoy no tenemos alcantarillado, las aguas residuales corren por las calles, el acueducto solo llega al 30 por ciento de la población y hay un atraso de 20 años en infraestructura”, anota.
Pero, contrario a lo que considera Arteaga, Édinson Marsiglia, oriundo de Bajirá, señala que los proyectos que tenía Antioquia en el territorio fueron detenidos por la conversión a municipio del Chocó.
Agrega que en los siete años creyó en el desarrollo que podía arrojar el ser municipio, pero con el pasar del tiempo se dio cuenta que el territorio tenía mejor futuro siendo corregimiento de Antioquia.
“La gente veía con buenos ojos ser municipio, al no conocer lo político, lo administrativo, ni social del departamento (Chocó). Pensábamos que era una buena opción, pero poco a poco los líderes lo fueron tomando como un proyecto personal”, apunta.
Ni catastro, ni POT
El paso siguiente, luego de publicado el mapa en el que el Igac establece a Belén de Bajirá en territorio del Chocó, es presentar un proyecto de ordenanza para que la Asamblea de ese departamento, como en el año 2000, lo declare municipio.
Según Leopoldino Perea, ya se avanza en ese propósito y la confirmación del trazado que hizo el Igac al presidente de la Asamblea, Alizon Mosquera, es el primer paso.
“Se está haciendo el proceso de transición de Antioquia para Chocó y la comunidad se está preparando”, anotó.
Sin embargo, el experto en Planeación territorial Mauricio Hernández, cree que a Bajirá le queda mucho camino por recorrer para ser municipio, una decisión que considera desacertada y riesgosa.
“Colombia no puede con más municipios, antes tendría que buscar un ordenamiento político administrativo distinto, donde se unan poblaciones, como por ejemplo el ejercicio que hace Antioquia en el Suroeste con la creación de la provincia Cartama”, enfatiza.
En ese propósito de ser municipio, Bajirá tendría que arrancar de cero, pues en los siete años que lo fue no logró realizar la actualización catastral, ni avanzar en un plan de ordenamiento territorial, fundamentales en esa figura territorial.
El exalcalde Arteaga recuerda que la actualización catastral, que realizaba el mismo Igac en el 2005 y 2006, tuvo dificultades debido al orden público de la zona.
“Con el Igac se hizo el convenio, pero en esta zona es complejo por la violencia. Al que no conocían, le salían al paso y los sacaban. Sin identificarse de qué grupo ilegal. Entonces los funcionarios se iban”, establece Arteaga.
Bajirá, si así lo considera la Asamblea del Chocó y no prospera la demanda de la Gobernación de Antioquia y diputados antioqueños para que el Congreso defina el diferendo limítrofe, entraría a ser municipio de sexta categoría, es decir la última, según Hernández.
“El Chocó es el departamento más pobre de los 32 de Colombia, aunque es el más rico en recursos, pero no tiene capacidad de gobierno”, apunta Hernández, y se pregunta: “¿cuál es la intención de algunas personas de frotarse las manos cuando dicen que la plata llegará directamente siendo municipio? ¿Cuál es el interés? ¿Qué valores, principios y capacidad se tienen para manejar esos recursos públicos?”.
Vía ElColombiano