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La lucha de un colegio de Urabá por implementar las clases virtuales

Los docentes de la Institución Educativa Rural La Cadena organizan una colecta de equipos tecnológicos y buscan crear un sistema de módems comunitarios para sus alumnos. Conozca cómo puede apoyarlos.

Mientras que algunos colegios del país hoy debaten cuándo podrán empezar a tener clases presenciales o semipresenciales, otras, principalmente las rurales, ni siquiera han podido implementar las primeras aulas virtuales propiamente dichas. Ese es el caso de la Institución Educativa Rural La Cadena, ubicada cerca al municipio de Carepa, subregión del Urabá antioqueño.

El colegio cuenta con 690 estudiantes y 26 docentes, y desde que comenzó la pandemia implementó un sistema de guías de autoaprendizaje que llegan a los alumnos vía WhatsApp. Sin embargo, según Lina Corredor, docente del área de sociales en la institución, solo 172 alumnos tienen acceso a esta aplicación de mensajería y dependen de una recarga de datos semanal.

“A estos estudiantes les llegamos con las guías por celular. Y los que no tienen acceso, van cada 15 días al colegio, recogen las impresiones y luego las hacen llegar a través de los directores de grupo”, explica Corredor, que lleva un año y medio en la institución.

El colegio no cuenta con ningún tipo de conectividad que le permita implementar las clases virtuales y aunque lo hiciera, la mayoría de alumnos se encuentran en zonas desconectadas. Según Rogelio Tuñón, rector del colegio, 80 % de sus estudiantes viven en asentamientos irregulares.

“La situación no ha sido fácil para ninguno y sobre todo, para estas regiones con ciertos estigmas y situaciones de indisciplina. Según el Gobierno, desde el 17 de marzo los colegios empezamos a evaluar esto (la virtualidad), pero eso no es verdad. Nos notificaron de la situación y fue un ‘defiéndanse como puedan’”, asegura Tuñón.

En vista de que el aislamiento preventivo obligatorio se extenderá por más tiempo, los docentes de La Cadena lanzaron una campaña a principios de julio para llevar las clases virtuales a su comunidad educativa. Por medio del hashtag #YoCreoEnLaCadena, comenzaron a divulgar mensajes en las redes sociales invitando a la ciudadanía a donar equipos en óptimas condiciones para llevar a su vereda. Están recibiendo portátiles, smartphones y tabletas.

Así mismo, abrieron un financiamiento colectivo o crowdfunding por medio de la plataforma Vaki para implementar un sistema de módems comunitarios en La Cadena. Buscan que esto sirva para que la mayor cantidad de estudiantes se conecten a internet y puedan asistir a encuentros virtuales con sus maestros en lo que resta del año. Su meta es alcanzar los $25 millones y actualmente han recaudado $19 millones.

“Vimos que la Vaki tuvo muy buena acogida y muchas personas se han unido a esta causa, pero hasta el momento tenemos solo 12 aparatos. Si podemos garantizar conectividad, pero no las herramientas, el plan se queda cojo”, cuenta Corredor.

Los docentes están necesitando más de 250 equipos electrónicos para poder implementar un sistema de préstamos entre los alumnos mayores. Las donaciones se están llevando a cabo por medio de 9 puntos de acopio en Bogotá, en los que amigos y familiares de los profesores reciben los aparatos y se encargan de enviarlos a Carepa. Ya hay puntos en las localidades de Teusaquillo, Usaquén, Chapinero, Engativá y Suba.

“Nosotros en la urgencia movilizamos a nuestros amigos y a las personas que se quieran unir porque el Gobierno no lo está haciendo”, afirma Corredor.

De acuerdo con la docente, si bien La Cadena no es una institución oficial -pues opera por medio de la Fundación Educativa Isaías Duarte Cancino-, la gobernación de Antioquia costea las matrículas de los estudiantes, por lo tanto, es responsable de garantizar un sistema de conectividad para su comunidad educativa.

“Independientemente de que los colegios sean privados, oficiales o de cobertura, se debe garantizar el acceso a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes del país, no solo a los de la ciudad”, asegura.

Mientras tanto, la comunidad continúa tocando puertas para contar con suficientes equipos en el siguiente periodo académico. Esperan que sea una estrategia suficiente para acompañar a los estudiantes y prevenir la deserción en medio de la pandemia. En palabras del rector: “este proyecto es casi que una pequeña tabla de salvación en este mar de necesidades básicas”.

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