Así lo advirtió Luz Patricia Correa, directora de Derechos Humanos, quien señaló que en los próximos meses podría hacerse realidad otra crisis en esta zona del Urabá por cuenta del flujo de miles de ciudadanos de diversas nacionalidades rumbo a Panamá, en su largo tránsito hacia Estados Unidos.
La Gobernación de Antioquia advirtió que preocupan particularmente los migrantes ecuatorianos interesados en cruzar la selva del Darién con destino a Panamá. Sin embargo, los venezolanos siguen siendo mayoría en este flujo migrante, con el 63 por ciento de las personas que emprenden esta ruta, seguido por los haitianos, que abarcan el 6,7 por ciento, los cubanos (4,4 por ciento) y los ecuatorianos con el 3,5 por ciento. 29.226 ecuatorianos se aventuraron a cruzar la agreste selva el año pasado.
La cantidad de migrantes irregulares que recorrió Urabá hacia Panamá rumbo a Estados Unidos casi que se duplicó en 2022 al llegar a la cifra récord de 248.000 personas, según cifras de Migración. Preocupa particularmente la situación de los menores de edad, población que también va en aumento. El 85 % de los migrantes son adultos, en tanto que el 15% son menores.
Hace justamente un mes se conoció la dramática situación de las comunidades del pueblo indígena Gunadule, que abarcan territorios entre Antioquia, Chocó y Panamá, y que ante la crisis humanitaria que viven los migrantes tomaron la iniciativa de reabrir con sus propias manos un camino ancestral, mucho más corto y menos agreste, que comunica de manera más expedida territorio colombiano y panameño por la selva del Darién. Este hecho les valió represalias de los llamados coyotes integrantes de grupos armados y hasta de la propia guardia panameña, según denunciaron al propio ministro del Interior, Álvaro Leyva Durán, pues el uso de esta trocha va en contra del negocio ilegal que tienen montado ilegales en alianza con funcionarios fronterizos. En medio de los hostigamientos dos indígenas del pueblo Gunadule resultaron heridos.