Nada sospechaban los vecinos de Luis Alberto Martínez García, en el barrio Paseo Bolívar, de sus presuntas labores para una red delictiva de alta peligrosidad en Cartagena: el Clan del Golfo.
Las indagaciones de miembros de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cartagena, coordinadas por el fiscal primero especializado Pedro Díaz Pacheco, dejan ver que este hombre, al que apodan el Taxista, llevaba una vida común y corriente.
Conducía un vehículo de servicio público y llevaba una vida familiar, junto a su mujer y sus cuatro hijos. Sin embargo, una oscura relación le achacan a este hombre, que quedó al descubierto con la banda criminal mencionada.
Hace unos pocos días Martínez García, quien era buscado por la justicia desde noviembre pasado, fue capturado en medio de un allanamiento en el sector El Progreso de Olaya Herrera, cuando iba a bordo del taxi que conducía.Habría sido enlace de la banda en Cartagena
Luis Alberto es cartagenero y tiene 38 años. Las indagaciones de la Sijín indican que mientras él conducía un taxi habría hecho contacto con miembros de la organización criminal Clan del Golfo.
Al parecer, habría sido el enlace para traer a cabecillas de la organización a Cartagena, a finales del año 2017. “Inicialmente fue el contacto de la organización criminal para que la banda llegara a Cartagena y entraran a establecerse en barrios como San Francisco, Daniel Lemaitre, Torices, La Paz, El Sinaí, Paseo Bolívar, en toda esa zona. Fue -presuntamente- el enlace de estos cabecillas de la banda que llegaban procedentes de Urabá y Medellín”, indicó un investigador de la Sijín.
Luego de ello, Luis Alberto Martínez García habría aprovechado su oficio como taxista para trasladar a los cabecillas de la red delictiva a distintos puntos de la ciudad.
Pero no solo eso. Las tareas de la Sijín indican que, presuntamente, luego habría utilizado su taxi para transportar armas de fuego y sustancias estupefacientes para esta estructura criminal.
Se conoció que estas versiones fueron reveladas por un testigo protegido de la Fiscalía General de la Nación, quien conocía de las acciones de la organización, y quien sirvió como testigo en todo el proceso investigativo.
Y es que la estructura del Clan del Golfo tenía labores tenebrosas en la ciudad.Mataban a línea abierta
La Policía Metropolitana señaló que la banda contaba con una oficina de sicarios en Cartagena para perpetrar homicidios selectivos. También realizaba extorsiones y homicidios sin motivos, simplemente para infundir terror.
Las indagaciones dejan al descubierto detalles como para no creer. Por ejemplo, en el proceso investigativo, en el que también aportó su trabajo el Fiscal Seccional 34, se conoció que los sicarios de la banda trabajaban con líneas telefónicas que dejaban abiertas. Ello se demostró con varias de las interceptaciones telefónicas que los investigadores le hicieron a la organización en el proceso contra esta.
“En las interceptaciones se escucha cuando el coordinador del asesinato le dice al sicario que llegue a la casa donde entró la víctima. Le dice que esté pendiente y que llegue preguntando por una dirección. Momentos después se escuchan los disparos y algunos gritos. En estos casos los sicarios hablaban con sus jefes antes, durante y después que cometían los asesinatos. Incluso, en una interceptación se escucha cuando el coordinador del asesinato le dice al sicario que baje de la moto en la que va y que huya en otro vehículo”, indicó otro investigador de la Sijín de la Metropolitana.
Dichas indagaciones, que empezaron a principios del 2018, determinaron que las acciones de la banda dejaron un total de 18 asesinatos y 3 tentativas de homicidio. Los actos delictivos ocurrieron en El Pozón, San José de los Campanos, Daniel Lemaitre, La Paz, San Francisco, Santa Rita, Torices, Paseo Bolívar, El Sinaí, República de Chile, Los Caracoles, San Fernando, 20 de Julio, La María, Bazurto, La Candelaria, El Líbano, Olaya, El Porvenir, Membrillal, Nelson Mandela, Arroz Barato y en el corregimiento Pasacaballos.
Con abundante material recogido, los miembros de la Sijín armaron un operativo a finales de noviembre pasado y atraparon a 20 presuntos miembros de la organización, entre ellos alias el Profe, presunto cabecilla.
La acción también iba dirigida contra el Taxista, pero habría sospechado de la operación y no pudieron dar con este. Se cree que se mudó al barrio Bruselas después de eso. Los señalamientos contra este son graves, porque, además, se habría dedicado a ubicar a jóvenes que hacían parte de pandillas que eran vinculados a la organización criminal.
Pero sus días de libertad acabaron, por lo menos momentáneamente, hasta que se demuestre si es culpable o inocente del cargo de concierto para delinquir agravado. Esta semana, tras lograr ubicarlo cuando iba en el mismo taxi que había sido señalado por el testigo, lo atraparon en inmediaciones de Olaya Herrera.
Fue llevado ante un juez de Garantías y el fiscal primero especializado de Cartagena le imputó el delito de concierto para delinquir agravado, el cual no aceptó. Pese a ello, el juez lo aseguró con medida intramural y fue enviado a la Cárcel de Ternera.
De los 20 capturados en noviembre se supo que uno aceptó los cargos y pronto recibirá condena con algunos beneficios. Otros están viendo si hacen preacuerdos con la Fiscalía y otros insisten en su inocencia.