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Futura Caterine Ibargüen no es apoyada por Apartadó

Dos veces por semana Leidy Marcela Cuesta Cáceres viaja desde Apartadó a Turbo, en Antioquia, para los entrenamientos de atletismo. Los recursos solo le alcanzan para ese par de días. El resto de tiempo se queda en su casa y por WhatsApp recibe la rutina. Como si tuviera a su entrenador Gilmar Mayo al lado, la cumple a cabalidad de 3:00 p. m. a 5:00 p. m. Su objetivo es no perder la técnica.

“En Apartadó no hay escenarios deportivos, no tengo donde entrenar. Es triste saber que en el Urabá, en general, hay mucho talento, pero pocas oportunidades para avanzar”, dice Leidy.

Ella no es cualquier deportista. Se ve, y la ven, como la sucesora de Caterine Ibargüen dentro de unos años. El potencial lo tiene. Con 17 años ha ganado el oro en dos competencias nacionales de menores (2015 y 2016), en las panamericanas (2015) y en las suramericanas (2016).

Este año se ganó el oro en la categoría salto triple de la competencia nacional de Supérate Intercolegiados. Esa victoria la hace merecedora de un crédito condonable -de hasta 40 millones de pesos- para estudiar en cualquier lugar del país. Es la oportunidad perfecta para salir adelante.

“Prefiero no pensar en qué pasaría si no me dan la beca. Yo quiero estudiar en Medellín porque allá tengo más opciones de avanzar. Mi temor es perderme y no ser una buena deportista. Tengo miedo de no saber qué pasará conmigo y con mis estudios”, dice. Y lamenta que en Apartadó haya tanta “semilla en bruto” que no es aprovechada.

Pero aunque ella teme perder la única opción que tiene para estudiar, Semana.com se comunicó con Súperate Intercolegiados y ratificaron que Leidy es una de las merecedoras para el crédito condonable -el que podría no pagar si termina toda la carrera académica-, solo que apenas está empezando el proceso.

Las oportunidades a veces parecen esquivas, pero Leidy espera con paciencia y disciplina. Ese es su fuerte. Desde los 10 años practica atletismo, pero desde hace tres se dedicó por completo a ese deporte, más exactamente al salto triple. “Con el atletismo ganas mucho mentalmente y creces como persona”, comenta.

Parece increíble, pero aunque ha ido a varias ciudades a representar a su municipio e incluso ha representado al país en la categoría de menores, dice no haber recibido apoyo de la Alcaldía o el departamento.

Los viajes los ha costeado con el trabajo de su mamá Leidy Victoria Cáceres Blandon en el restaurante Barbacoas en Apartadó y con los oficios varios de su padre Manuel Cuesta. Cuando no logran completar todo el dinero, como casi siempre ocurre, venden tamales, postres y hacen hasta rifas. No hay de otra.

«Yo la admiro mucho, no solamente por ser su mamá. Siendo tan joven tiene muy claro lo que quiere, y se esfuerza. Al principio le costaba, pero le fue tomando amor al atletismo y en el primer campeonato que estuvo ganó una medalla de bronce. Desde ese momento empezó a entrenar a diario”, cuenta la mamá.

Quién mejor que ella para saber de los esfuerzos de su hija, que incluso se fue a los entrenamientos sin desayunar. No ocurre siempre, pero pasa. Y no es para menos. Para una familia con tres hijos no es fácil vivir con un poco más de un salario mínimo.

“Acá en Apartadó estamos un poco atrasados -dice Manuel Cuesta-. A veces se ve lejos que Leidy pueda cumplir sus sueños, pero lo logrará. Toca esperar que llegue el 2017”.

¿La elegida?

Gilmar Mayo ha sido una de las glorias del deporte colombiano. Un atleta que regaló varias alegrías al país como campeón de salto alto en los Suramericanos en los noventa y que fue catalogado como una leyenda viva de los Juegos Nacionales.

Sin titubear, Mayo asegura que Leidy -recién graduada de grado 11 de la Institución Educativa José Celestino Mutis de Apartadó- podría superar las marcas de Caterine Ibargüen en unos cuantos años.

“Vi en Leidy una niña terca, insistente y que tiene claro para dónde va. Tiene una mentalidad fuerte y mucho futuro. A los 17 años cuenta con un récord nacional menor, que no lo tuvo Catherine a su edad”, dice Mayo, quien entrenó con Ibargüen.

Gilmar Mayo tiene un grupo que se llama Saltadores del Urabá, con sede en Turbo. Él conoce muy bien cuáles son las luchas a las que se deben enfrentar los deportistas para salir adelante. En este instante, incluso, no sabe si su grupo continúe. ¿La razón? A los padres les queda difícil pagar las mensualidades a tiempo, no tiene la suficiente implementación deportiva y el apoyo del Instituto de Recreación y Deporte de Antioquia es muy poco.

“Los deportistas mantenemos una lucha porque nadie le pregunta a uno qué quiere. Mire, a Leidy nadie le ha preguntado qué necesita, qué le falta. Simplemente cuando uno pierde es juzgado, y cuando se gana es alabado. Ella será la mejor del mundo, se lo aseguro, pero ahora nadie la tiene en cuenta”, dice. Y agrega que aunque con Leidy no hay prisa, pues está muy joven, tampoco se puede ir despacio.

No es el único que ha visto en esta estudiante el potencial en el salto triple. Wilder Zapata, que formó en sus inicios a la campeona mundial en atletismo, también fue el entrenador de Leidy. En ella vio las cualidades de una buena deportista.

“Vivo en un municipio con mucha violencia y con muchos jóvenes perdidos. Yo quiero superarme y sacar a mi familia adelante. Me gustaría ser la mejor saltadora de Colombia y el mundo. Sé que algún día lo lograré”, dice Leidy.

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