Su trabajo ha servido para que aquellas personas que vivían en el silencio se atrevan a hablar de lo que les pasó y hagan el duelo por lo sucedido.
Desde 1985 y hasta la fecha más de 18.000 mujeres han sido víctimas de este flagelo por parte de combatientes de grupos armados.
Bajo un árbol de almendro, en Apartadó, Fanny Escobar se reúne con un grupo de amigas. A todas las une un sentimiento, el dolor de haber sido abusadas sexualmente durante el conflicto.
Por eso Fanny se impuso la dura tarea de luchar por sus derechos.
«Al principio fue muy difícil porque muchas de ellas no querían aceptar que había violencia sexual, pero paso a paso nos hemos atrevido a hablar y hemos realizado movimientos y plantones», asegura la líder.
Por eso se hacen llamar Las Mujeres del Plantón.
Ellas aseguran que no solo quieren un reconocimiento por parte del Estado, también las une la búsqueda de hallar alivia para sus corazones.
Obeida Padilla, quien integra este movimiento, afirma que este espacio les ha servido para sanar.
Como muchos líderes en Colombia, Fanny teme por su vida, pues sabe que los defensores de Derechos Humanos están en la mira de los violentos.
Pero ante la falta de protección ella se refugia en sus propias compañeras.
«Y es también tomar estrategias para poder seguir viviendo en esta situación que tenemos de víctimas, y más en este conflicto, pues a pesar de que estamos trabajando un tema de paz, el conflicto en el territorio sigue lento», afirma Fanny.
Muchos pueden decir que Fanny es una sanadora de corazones, otros que es una de esas mujeres que se toma la vida enserio. Lo que sí es cierto es que es una líder social que lo ha dado todo por su causa.
Fanny afirma que se siente orgullosa de liderar este movimiento, para ella un compromiso de vida.
«Los líderes muchas veces nos olvidamos hasta de nuestro hogar y de nosotros mismos para poder empoderar a las mujeres», reflexiona Fanny.
Romper ese silencio es, en concepto de ellas, uno de los grandes aciertos de esta urabeña.
Kelly Leticia Córdoba, miembro de la asociación, afirma que el gran logro de este grupo es que «nos atrevemos a hablar, porque si callamos no será posible todo esto».
Maritza Sánchez, quien lucha por sus derechos, afirma que «uno con todo eso guardado es muy duro, pero ahora que llegué a Mujeres del Plantón, que saqué todo lo que me había sucedido, me siento mucho mejor».
Según el Registro Único de Víctimas, el 50 por ciento de las personas afectadas por el conflicto son mujeres.
Desde su modesta asociación, Fanny no se rinde en su tarea de buscar justicia, y junto a ellas sigue tejiendo esperanzas.
Fuente: Caracol