13,4 toneladas de cocaína, de propiedad de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, máximo capo del Clan del Golfo, fueron encontrados en noviembre de 2017 en el Urabá antioqueño. Diez personas fueron capturadas por estos hechos.
La Policía Antinarcóticos y la Fiscalía General capturaron, en las últimas horas, a diez personas que estarían vinculadas en la custodia de las 13,4 toneladas de cocaína. El alijo, de propiedad de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, máximo capo del Clan del Golfo, fue encontrado en noviembre de 2017 en el Urabá antioqueño y es uno de los mayores decomisos de droga en la historia del país.
Las capturas fueron en los municipios de Dabeiba, Carepa y Chigorodó, en el departamento de Antioquia. Justamente, en cuatro fincas bananeras situadas en los dos últimos municipios se encontró la cocaína que estaba almacenada en caletas bajo tierra. Las labores de investigación señalan que este decomiso causó un impacto financiero dentro de la organización y también, al parecer, una serie de homicidios entre presuntos integrantes de la estructura ilegal.
Dentro de los detenidos está una persona conocida como El Flaco o Pómulo, uno de los supuestos hombres de confianza de Otoniel y quien era, presuntamente, el responsable directo de la custodia de las caletas. Igualmente, fue capturado Steven, quien sería la persona encargada recorrer la zona de Urabá para ubicar fincas aptas para la construcción de los escondites. La Policía asegura que los administradores de los predios habrían actuado en complicidad con el Clan del Golfo.
Durante la operación también fueron capturados alias Tao y Alejandro, quienes serían los encargados de recibir el alcaloide en las cabeceras municipales para, posteriormente, transportarlas hasta los centros de acopio en horas de la noche. La droga, tal parece, llegaba a estos lugares era administrada por una mujer conocida como Tatiana, compañera sentimental de Pómulo. Además, la mujer obtenía recursos para la organización por extorsiones a comerciantes y empresarios de la región.
Por último, cinco supuestos miembros del Clan del Golgo, denominados custodios o vigilantes, fueron capturados con seis armas de fuego. Estas personas, según la Policía, a través de radios de comunicación alertaban la presencia de las autoridades y habrían sido los encargados empacar los cargamentos de cocaína que tenían como destino Norteamérica y Europa. Finalmente, cuatro bienes inmuebles, con una extensión de 270 hectáreas y avaluados en $8.000 millones, fueron decomisados y serán objeto de extinción de dominio en razón a que en dichos lugares fue encontrada la cocaína.