Hablar del Instituto Colombiano de Medicina Tropical, ICMT, es sinónimo, sin duda, de malaria, leishmaniasis, zika, chikunguña, dengue, leptospirosis, fiebre tifoidea y otra serie de patologías tan poco comunes como difíciles de pronunciar. Y si se habla de ese mismo instituto y su sede en Apartadó, el panorama pudiera resultar algo más exótico, por el clima, la ubicación y las condiciones de vida de la región, pues de él se apoyan otras instituciones y municipios cuando así lo requieren.
Margarita Arboleda Naranjo, coordinadora del Instituto Colombiano de Medicina Tropical con sede en Apartadó, señala que la organización que lidera hace parte de la familia CES cuya sede principal se ubica en Sabaneta y, además de una vocación misional, tiene como propósito “fortalecer en la región la investigación de las principales enfermedades endémicas o tropicales en Urabá. Hacemos atención médica, laboratorio referente al diagnóstico de estas patologías, capacitación, vigilancia en salud pública, docencia, asesoría, investigación con proyectos de la sede o de manera cooperativa con otros grupos de investigación”.
El ICMT, aunque a simple vista pudiera parecer pequeño, con sus 10 personas de planta más los convenios con la alcaldía es más grande de lo que muchos pudieran imaginar y su más reciente decisión así lo refleja: comenzar a procesa pruebas de COVID19 en una región que por su ubicación estratégica, especialmente, por el paso de migrantes y su relevancia económica requiere que allí, se haga zoom a los casos por COVID19 que se registren.
“En nuestra región el panorama por este virus se agranda debido a las actividades económicas derivadas del banano, del ganado, del cultivo, del turismo y del comercio que aquí tenemos, además porque contamos con cerca de 35 mil trabajadores bananeros que nunca han dejado trabajar durante esta contingencia. Un asunto más es que somos un área limítrofe de paso obligado para migrantes a norte y Centroamérica”, explica Arboleda.
Justamente, con ese panorama a bordo, el ICMT levantó la mano el 27 de marzo de 2020 cuando en convocatoria por iniciativa de la universidad empresa estado se buscaba un laboratorio en la región que estuviera en condiciones de hacer diagnóstico para coronavirus. Las condiciones eran favorables, el ICMT ya había trabajado en PCR convencionales, una prueba que en términos técnicos se parece a la que se usa en coronavirus, pero con diferencias importantes, “coincidimos en hacer una solicitud al INS, con copia a la gobernación de Antioquia, para que nosotros como sede de la región pudiéramos habilitarnos como laboratorio molecular”, advierte Arboleda.
Casi en tiempo récord, de la mano de los gremios de la región, empresas, personas naturales, el mismo instituto y la Universidad CES se recogieron los recursos necesarios para dotar y adecuar el espacio de manera que todo estuviera a punto para comenzar a operar. “Ya tenemos todo listo, el Laboratorio Departamental de Salud Pública nos capacitó, válido los resultados, nos dejó recomendaciones y en un par de semanas nos da el aval para comenzar a operar”, dice la coordinadora.
Así las cosas, se espera que para inicios de su operación, el Instituto comience a procesar un número pequeño de pruebas, las mismas que darán respiro al diagnóstico oportuno de casos en la región.