La decisión se toma ante el incremento de muertes por COVID-19. Los restos serán trasladados a osarios o fosas comunes.
Ante el aumento de muertes por COVID-19 en Apartadó, la diócesis de este municipio del Urabá antioqueño comenzó una campaña de exhumaciones de cuerpos que llevan más de cuatro años enterrados para hacerle espacio a nuevos cadáveres.
La campaña, que permite que los familiares trasladen los cuerpos a un osario o a una fosa común, se inició cuando la capacidad de bóvedas disponibles se redujo a menos de 50.
“Teníamos solo 44 bóvedas vacías”, comentó Monseñor Hugo Torres de la diócesis de Apartadó.
Sin embargo, con 70 exhumaciones con la que se iniciará la campaña la capacidad del cementerio se ampliará a 114.
Este proceso será inicialmente voluntario, pero aclaró Monseñor que si las familias no atienden al llamado de la diócesis se procederá con el traslado con la autorización de la alcaldía municipal.
“No es que se vayan a botar los restos, no. Se colocan en unas bolsas bien marcadas y la gente puede ir a reconocerlos y llevarlos a un osario”, comentó Torres quien explicó que la fosa común será el último recurso utilizado en caso de que nadie reclame el cuerpo.
En Apartadó, el mayor centro poblado del Urabá antioqueño mueren además pacientes de toda la subregión que son trasladados al municipio para recibir atención en UCI por COVID-19.