Con frialdad, como si ya fuera parte del paisaje, Youris Elías Palacio relata que en su barrio La Martina de Apartadó, antes de salir para el Ponyfútbol, asesinaron a un tipo con siete tiros.
El menor de 12 años, que habita con su abuela y dos tíos -sus papás trabajan en Medellín-, ha vivido en medio de un ambiente barrial adverso, en el cual algunos chicos acuden a las placas deportivas no a jugar las recochas, sino a intercambiar alucinógenos.
“A cada rato mi mamá me dice que no puedo salir y la mayoría del tiempo me toca quedarme jugando play o en el celular”, cuenta este delantero que quiere seguir los pasos de Cristiano Ronaldo.
Para evitar todos estos problemas, de los que se puede impregnar fácilmente, acude a diario a la cancha de Currulao a entrenar con Urabá Se Siente, equipo con el que participa de esta edición del Pony.
Eso lo destaca Ruthbert López, uno de los delegados de Apartadó, quien dice que Elías es un ejemplo para todos sus compañeros. “Él se levantó en un barrio que induce a ese tipo de prácticas malas, pero decidió seguir el camino del deporte y abstraerse de todo eso”, argumenta.
Precisamente, en el grupo lo ven como el muchacho alegre y recochero, el que se junta con los amigos en la habitación del hotel a armar las coreografías para celebrar en los partidos. “Pero en el colegio sí soy seriecito, ahí, ante todo, la disciplina”.
Tiene todo el componente extrovertido de los urabaenses. Aunque se cree tímido, sus compañeros relatan que es pícaro y coqueto con las niñas. Incluso, tiene una novia de 12 años.
Todos estos detalles muestran que Elías, a pesar de todos los problemas de delincuencia que lo rodean a diario, logra sostener sus valores en alto a partir del deporte. Dice que “estar aquí, en el Pony, demuestra que sí se puede”.