Era tanta la impotencia al sentir el fracaso, que en las primeras declaraciones que brindó luego de la derrota ante el estadounidense Joe Smith Jr., el colombiano Eléider Álvarez dio a entender que difícilmente se volvería a subir a un ring.
Dos años después de ese combate, correspondiente a la eliminatoria por el título semipesado (175 libras) de la Organización Mundial de Boxeo (WBO), el antioqueño no cuelga los guantes, y asegura que su retiro aún no está cerca.
Desde Montreal, Canadá, ciudad en la que reside desde hace diez años y donde nació 11 meses atrás su segunda hija (Ana Sofía), Eléider habló con EL COLOMBIANO.
A punto de cumplir 38 años de edad (este 8 de abril), y con la fuerza y reflejos necesarios, el urabaense manifiesta que aún tiene poder mental y físico para hacer la diferencia en el deporte de alta competencia. Indica que entre mayo y junio estará de vuelta en el cuadrilátero, y por tal motivo se prepara con disciplina y responsabilidad para tener un retorno triunfal.
No se volvió a saber nada de usted, ya muchos lo daban como retirado…
“No puedo decir mentiras. Luego de la derrota contra Joe Smith (por nocaut) pasaron muchas cosas por mi cabeza, entre ellas el retiro, me dolió demasiado perder porque estaba ante la posibilidad de volver a pelear por un título del mundo. Pero después, cuando termina la calentura, llega la reflexión. Al sentir el apoyo de la familia, amigos y seguidores, me di cuenta que no podía dar un paso al costado de esa manera. No perdí la confianza en mí, tampoco podía echar por la borda tanto tiempo invertido en este trabajo. Me quise tomar un tiempo, ajustar detalles para volver más fuerte”.¿Qué lo llevó a cambiar la idea de colgar los guantes tras ese combate?“Soy una persona de retos, que constantemente busca ser mejor, superarse. Mi gran deseo siempre ha sido retirarme por la puerta grande, no por la de atrás, olvidado. Por tal motivo no tiré la toalla antes de tiempo. Quiero terminar mi carrera con una pelea profesional en Colombia. Tengo dos años más de contrato con la compañía Group Yvon Michel, así que aún hay tiempo para luchar, para demostrar de qué estoy hecho y ser fuente de inspiración para otros”.
¿Cuál ha sido su secreto para mantenerse vigente y más en un país con una cultura distinta a la nuestra?
“No ha sido fácil, lo confieso. Empezando porque vengo de una tierra alegre como es el Urabá antioqueño. Aquí estás alejado de la familia, al comienzo te cuesta entender el idioma, el clima es demasiado frío, la gente es bastante seca. Pero los sueños de salir adelante, el buscar brindarle un mejor futuro a los seres queridos y darle alegrías al país te ayudan a aguantar, a persistir. Siempre me he considerado fuerte mentalmente, y esto ha sido clave para superar cada obstáculo que se presenta”.
¿Está tranquilo por el camino que tomó en su vida, en este caso el deporte?
“Claro que sí. Uno no sabe qué destino le depara la vida. Quería ser cantante y mira en lo que terminé, como boxeador, lo cual me hace muy feliz. Siento agradecimiento total con Colombia porque allí logré mostrarme internacionalmente como amateur para que una compañía me diera la oportunidad de dar el salto al pugilismo profesional. Ha sido duro este proceso, pero he crecido como persona, adquirí madurez y ni el idioma fue una piedra en el zapato, de hecho puedo decir que ya hablo francés en un 90% e inglés en un 60%, cada vez me esfuerzo para ser mejor”.
¿En qué se ve cuando le diga adiós al boxeo?
“Muchos me preguntan que si voy a ser entrenador, pero honestamente les respondo que no me veo en esa faceta. Quiero ser cazador de talentos o representante, desde ya doy pasos para enfocarme en ello, pues no quiero que otros pasen momentos amargos como los que vivimos Óscar Rivas y yo cuando llegamos a Canadá. Colombia tiene gran futuro en el boxeo”.
¿Qué recuerda al llegar a suelo norteamericano?
“Fue realmente muy duro. No hablábamos el idioma, estuvimos dos meses en un hotel, después nos costó encontrar y pagar otro apartamento, teníamos que viajar en bus y cuando no había dinero debíamos caminar en medio del invierno, entre otras cosas. Muchos dicen que los deportistas tienen que pasar afugias para valorar y crecer como atletas, pero pienso que si el atleta cuenta como las comodidades que se requieren, solo se va enfocar en lo que necesita que es entrenar para que el camino no se le haga más complicado. Algunos piensan que el deporte es desagradecido, pero en medio de esas adversidades deja un amplio conocimiento, por eso quiero aportar un grano de arena para que otros puedan progresar sin tantos contratiempos”.
Aunque a su edad, y al verlo en tan buena forma atlética después de recibir, literalmente, tantos goles, uno se da cuenta que el boxeo no ha sido tan duro con usted…
“Así es, hasta los muchachos que vienen ascendiendo en el boxeo y con quienes entreno se asustan por mi verdadera edad. Muchos me ponen menos de 30 años, debido a la manera en la que me muevo en el ring y la velocidad que mantengo para lanzar golpes. Todo ello me pone contento y me genera motivación para seguir vigente”.
¿A qué se debe esa audacia que aún ejerce?
“Pienso que esto se lleva en la sangre. El boxeador colombiano no se hace en un gimnasio como en otros países, lo de nosotros es natural. Ese talento que mostramos desde niños lo podemos consolidar a través de los años. Además, en mi caso, soy un boxeador que no ha sido muy golpeado debido a mi estilo de pelear, lo cual me ha ayudado a seguir de pie en lo que me apasiona”.
¿Contra quién sería su pelea de regreso?
“Por ahora se está en negociaciones para hacer oficial el rival. No sería un combate de envergadura, solo de ocho asaltos. Sin embargo, si se presenta la oportunidad de combatir de inmediato por un título del mundo lo hago, no tengo inconvenientes, vamos a ver qué pasa”