El fantasma primero erizó los pelos al destapar irregularidades en el Inpec y en el Ejército, y ahora ronda una olla podrida en la Policía y la UNP.
La vergüenza más reciente surgió de la confesión de un expolicía, Manuel Antonio Castañeda, quien el pasado 10 de diciembre fue detenido (por segunda vez) en una vía de Cauca, transportando un cargamento de 150 kilos de cocaína en una camioneta asignada a la Unidad Nacional de Protección (UNP).
Según el director de esa entidad, Augusto Rodríguez, el expolicía le confesó que colaboró en la fuga del sonado narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, alias “Matamba”, el pasado 18 de marzo.
Aquel día escapó por la puerta principal de la cárcel La Picota de Bogotá, disfrazado de dragoneante y con complicidad de la guardia del Inpec. El hecho generó una investigación contra 60 funcionarios y la captura del custodio Milton Libardo Jiménez Arboleda.
Una vez afuera, “Matamba” fue recogido por Castañeda en un vehículo, cerca del Relleno Doña Juana, y trasladado hasta el corregimiento Doradal, de Puerto Triunfo (Antioquia).
Mientras conducía por ese trayecto, Castañeda iba escoltado por otro carro en el que viajaban las personas que lo habían contratado para ese trabajo. Según él, eran agentes del Grupo Antisecuestro de la Policía (Gaula).
Rodríguez anunció una investigación interna para determinar si hay más funcionarios de la UNP o sus vehículos involucrados en casos de corrupción y remitió una misiva a la Fiscalía para que profundice la indagación sobre los señalamientos de Castañeda.
Ante estos hechos, el presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de Twitter: “A punto de descubrirse uno de los peores hechos de corrupción. No solo en vehículos oficiales se transportaban cargamentos de drogas, sino presos que, después, aparecieron muertos”.
Como se recordará, después de la fuga “Matamba” fue dado de baja por los comandos Jungla de la Policía, en un intercambio de balas en una finca de Bolívar, Santander, el 26 de mayo de 2022.
Sobre este señalamiento, en la mañana de ayer hubo una declaración del general Tito Castellanos, jefe Nacional del Servicio de Policía, quien trató de sacar en limpio a su Institución.
“Frente al tema de uniformados vinculados con la fuga de ‘Matamba’, una vez conocida esta situación lamentable a nivel internacional, la Policía inició una investigación con la Fiscalía, verificando las pruebas conducentes. La misma Policía es la que evidencia presuntos acompañamientos de funcionarios y los denuncia. En estos momentos es materia de investigación, esperamos que los responsables, por el bien del país y de la Institución, pasen a buen recaudo”.
“Matamba” fue guerrillero, paramilitar y narcotraficante. Trabajó para el Clan del Golfo en el departamento de Nariño y luego forjó su propia banda, la “Cordillera Sur”, con la cual abastecía de drogas y armas al Clan, las disidencias de las Farc y carteles internacionales.
Sus tentáculos en la institucionalidad salpican a la UNP, el Inpec y la Policía, así como a varios miembros del Ejército, investigados por asesorar y brindar apoyo logístico al narco, quien desde la tumba sigue espantando a los corruptos.