En 2002, los proyectos de la familia de Gloria Correa de sembrar yuca, maíz, cacao, plátano y tener galpones de pollos en su finca ‘Valparaíso’, ubicada en la vereda La Victoria, del corregimiento San José de Apartadó, en Apartadó (Antioquia), se vieron bruscamente truncados.
El 16 de abril de ese año, paramilitares que operaban en la zona llegaron hasta la casa de la familia en el barrio Alfonso López, de Apartadó, preguntaron por Gonzalo Trejos, el esposo de Gloria, y sin mediar palabra lo asesinaron en el interior de la propiedad.
Años antes, la familia ya había sufrido amenazas para que dejaran de vivir en su finca y por eso se habían traslado al casco urbano, aunque seguían yendo de vez en cuando a visitar el terreno.
Luego del asesinato de Gonzalo, ‘Valparaíso’ fue invadido por particulares y la familia perdió la posibilidad de disfrutar de su terreno hasta este año, cuando gracias a una demanda de restitución de tierras, un juzgado falló a su favor y ordenó devolverles su predio.
La demanda la interpusieron con el acompañamiento de la Unidad de Restitución de Tierras (URT) que informó que esta es la primera familia, y hasta ahora la única, que se ha beneficiado de la restitución en San José de Apartadó.
La salida de la finca
Gloria y su esposo, Gonzalo Trejos, compraron la finca ‘Valparaíso’ en 1992 y además de tener allí sus cultivos y gallinas, habían adecuado una parte del terreno como potrero para cuidar ganado. Pero en 1994 comenzaron las amenazas, que primero llegaron de la mano de la exguerrilla de las Farc.
“Como mi esposo subía para la finca, hablaron con él en el camino y le dijeron que no volviera por allá. Él sabía que eran miembros de la guerrilla… Entonces él conversó conmigo y decidimos que no íbamos a volver más al predio. Sin embargo, de vez en cuando alguien iba a rozar el predio para sacar maíz y nos daban el arriendo por eso”, narró Castro a los abogados de la URT en el proceso de restitución.
Ocho años después, el 16 de abril de 2002, hombres armados de la Auc mataron a Trejos, y Gloria quedó sola con sus hijos, Yeny y Robinson Trejos.
El regreso, 20 años después
Luego de múltiples intentos para que los particulares que habían invadido el predio lo desocuparan, en 2020 Gloria y sus hijos, de la mano de la URT, pudieron radicar la demanda de restitución de tierras, y en una sentencia del 15 de diciembre de 2021, un juzgado les reconoció y devolvió sus derechos legales sobre 7 hectáreas.
Pero fue solo hasta este año que pudieron efectivamente volver a su finca, donde además están cultivando limón Taiti y cacao gracias a que la URT les asignó 40 millones de pesos para la implementación de estos proyectos productivos. Además del dinero para organizar una hectárea y media de cacao con poda, fumigación, control de hongos y siembra de palos de cacao, se les entregarán equipos agrícolas para el manejo de los cultivos y una unidad de captación de agua para riego.
La implementación del proyecto productivo, informaron desde la URT, será acompañada durante 24 meses por un profesional productivo de la Unidad.
Frente a esta, la primera restitución en el corregimiento, Dairo Montiel, director territorial de la URT en Apartadó, destacó: “San José de Apartadó es un territorio reconocido en el país por estar en medio de un conflicto que marcó su historia. Esta noticia es importante porque demuestra que a pesar de las vicisitudes, estamos trabajando por las víctimas».
Gloria y su hija Yeny son las que están al frente del proyecto productivo, pues Robinson ahora vive fuera del Urabá antioqueño. Sobre el hecho de volver al predio y cultivar de nuevo, Yeny expuso que muchas veces a las campesinas las excluyen: «Somos mujeres y muchas veces nos discriminan porque (dicen que) no somos capaces, y acá damos un ejemplo de que sí somos capaces de realizar estos proyectos”, afirmó.
Gloria añadió: «Las mujeres campesinas somos ‘berriondas’, somos luchadoras, con miedos, pero lo botamos para luchar”, e invitó a otras víctimas que han perdido sus tierras a adelantar los procesos para reclamarlas.