El ahogo al que ha sometido la Fuerza Pública colombiana a los integrantes del Clan del Golfo, y la búsqueda de nuevas economías ilegales que les den dinero e insumos para atizar el conflicto y lucrarse, son solo dos de las razones por las que esta estructura delincuencial ha ido arrimándose a parajes inhóspitos como la frontera colombo-panameña.
Es así como en este bloque selvático casi impenetrable que es el Tapón del Darién, esta banda criminal ha comenzado a mover sus fichas y ubicar en algunos territorios campamentos que les sirven de paso, sitios de control para el paso de cocaína o zonas de cobro a los llamados “coyotes”, encargados de llevar a los migrantes a través de la manigua con tarifas que oscilan entre los 50 y 400 dólares.
Fue así como con una operación conjunta desarrollada entre Fuerzas Militares y de Policía panameñas y colombianas, se logró ubicar un campamento en el sector El Oso, un territorio del país vecino ubicado a tres kilómetros de la frontera con Colombia, se logró establecer que este grupo ilegal ha comenzado a buscar refugio en el límite.
El general Jorge Eduardo Mora López, comandante de la Fuerza de Despliegue contra Amenazas Trasnacionales, Fudat, y a su vez comandante de la operación Agamenón 2, explicó que en esta operación militar, integrantes del Servicio Nacional de Fronteras, Senafront, “lograron ubicar una zona campamentaria con siete hombres y entraron en combates. Estos huyeron pero se logró la incautación de dos fusiles AK 47, tres pistolas y bastante munición”.
El general Mora precisó que también fueron hallados cuadernos y documentos en los que el Clan del Golfo llevaba las cuentas sobre el cobro al hormigueo (paso de droga en morrales) que les exigen a los narcotraficantes, la tarifa que les piden a los “coyotes” por pasar a los migrantes, y las extorsiones al comercio.
“Esta operación tuvo un segundo tiempo en Colombia. Con la cooperación de las fuerzas de Panamá y la Policía, al Armada y el Ejército en Colombia, logramos dar muerte en desarrollo de operaciones de alias Tapia o “Boca de Pato”, cabecilla de la subestructura Efrén Vargas Gutiérrez, del Clan del Golfo, encargado de el norte del Chocó y la zona limítrofe con Panamá”, expresó el general Mora. Esta acción se desarrolló en la vereda Titumate, en Unguía (Chocó).
“en la medida en la que el Clan del Golfo ha sido desplazado de su área central en Urabá, inclusive Unguía y Acandí, ellos no quieren perder el control de esa ruta del narcotráfico con el Eln, porque este grupo está entrando do en el Chocó por Juradó y Riosucio”, explicó el general.