El Consejo Comunitario de la Cuenca del Río Acandí y Zonas Costeras (Cocomanorte) prohibió el paso de inmigrantes en el punto fronterizo de Colombia y Panamá, en el corregimiento Capurganá (Chocó).
La decisión se tomó por el miedo que tiene la comunidad de ser contagiada del coronavirus por estos extranjeros, muchos de ellos, quienes hicieron tránsito por Ecuador y Brasil, países que ya tienen casos confirmados.
El representante Legal de Cocomanorte, Emigdio Pertuz Buendía, explicó que, como máxima autoridad administrativa en este territorio étnico, exige al Gobierno que haga presencia, debido a que cada semana reciben unos dos mil inmigrante que podrían estar enfermos, contagiar a los habitantes y solo tienen un puesto de salud en malas condiciones.
«Notificar a las autoridades que no es permitido el ingreso a nuestro territorio. Los inmigrantes atraviesan al territorio que es de nuestra propiedad (…) Solicitamos al Gobierno Nacional dar las garantías a la comunidad de Capurganá que no va a estar contagiada de coronavirus», señaló.
El coordinador del Puerto de Turbo, Fabricio Marín, dijo que 200 inmigrantes están varados en Necoclí. Las empresas de las lanchas se niegan a venderles tiquetes porque al no poder desembarcar en Chocó, los extranjeros desesperados se podrían tirar al mar.
«Si la embarcación se tiene que regresar hasta Turbo, otra vez cargada, tendría pérdidas económicas grandísimas porque quién les va a reconocer esos pasajes», indicó.
«Y lo más grave es que la comunidad no deje bajar a estos migrantes de las lanchas y los extranjeros se desesperen porque creen que no van a poder definitivamente. Se tiran al agua y se pueden ahogar», agregó.
La comunidad étnica exigió que un funcionario del Gobierno Nacional llegue a Capurganá y, por escrito, les diga cuáles son las medidas que se van a tomar en este corregimiento para proteger a sus cerca de cuatro mil habitantes. Esta frontera es atravesada por los inmigrantes para llegar a Panamá en Centro América y luego a Estados Unidos.
Una de las preocupaciones es que aumenten los inmigrantes represados en el Urabá antioqueño, como ocurrió en 2016 en Turbo, donde hubo hasta 2 mil extranjeros, lo que generó graves dificultades sociales y sanitarias.
Fuente: rcnradio