Urabá - 11 septiembre, 2019

Belén de Bajirá, en medio del ping-pong de elecciones

Por Noticias Urabá

Si la contienda electoral fuera el tablero en una partida de tenis de mesa, los cerca de 17.000 habitantes de Belén de Bajirá serían la bola, lanzada de un lado a otro por los raquetazos de un litigio que hace 19 años enfrenta a Chocó y Antioquia.

El último saque provino de la Registraduría Nacional del Estado Civil, que decidió que los votos de estos pobladores para los comicios de octubre se contarán en el censo electoral antioqueño, así: los votantes de Bajirá alimentarán las campañas al Concejo, Asamblea, Alcaldía y Gobernación en la jurisdicción del municipio de Mutatá; y los de las comunidades de Blanquicet, Macondo y Nuevo Oriente, lo harán para Turbo.

El dictamen de la entidad, firmado por el registrador Juan Carlos Galindo, surgió en respuesta a una petición de Antioquia que solicitaba la inclusión en sus toldas de los sufragios de las citadas poblaciones, que el año pasado votaron para Chocó.

Tras analizar los documentos enviados por las partes, el registrador estimó que “se inaplicará por inconstitucional el mapa publicado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) el 9 de junio de 2017 (que anexó los territorios a Chocó)”, pues a su juicio quien dirime los conflictos limítrofes es el Congreso.

“En este camino se viene ratificando que Bajirá pertenece a nuestro departamento. Ahora hay que esperar a que el Congreso decida la situación”, dijo ayer el gobernador antioqueño, Luis Pérez Gutiérrez.

De aquí para allá
El diferendo limítrofe data del 2000, cuando la Asamblea de Chocó dio el primer raquetazo con una ordenanza que declaró a Bajirá como municipio chocoano; hasta esa fecha había sido un corregimiento de Mutatá. Los chocoanos también aducen que los corregimientos de Nuevo Oriente, Macondo y Blanquicet les pertenecen a ellos y no al municipio de Turbo.

En 2007, el Consejo de Estado anuló la ordenanza, pero ahí no murió la discrepancia. Acciones legales de cada bando y decisiones de distintas entidades gubernamentales han tenido en ascuas a los bajirenses, una comunidad que congrega a ciudadanos de origen chocoano, paisa y cordobés, que viven de la agricultura y la ganadería.

En el escenario político de 2018, un fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca ordenó a la Registraduría trasladar los puestos de votación de la jurisdicción de Antioquia a la de Chocó y, en consecuencia, los inscritos en esos cuatro sectores votaron en el censo chocoano para las elecciones al Congreso (marzo) y las dos rondas presidenciales (mayo y junio).

En 2019, con el reciente pronunciamiento de la Registraduría, la bola volvió a pasar de lado. “Es una decisión absurda, la población tiene una confusión tremenda”, opinó Henry Chaverra, dirigente del Comité Prodefensa de Belén de Bajirá, que defiende los intereses chocoanos.

Añadió que su departamento interpondrá el recurso de reposición ante la Registraduría, que tendrá dos semanas para resolverlo.

El pasado 21 de agosto hubo un debate en la Cámara de Representantes, con asistencia de los gobernadores Jhoany Palacios y Luis Pérez, por Chocó y Antioquia, respectivamente. El primero reiteró que el Igac certificó la pertenencia de los lugares en disputa a favor de Chocó, y el segundo argumentó que solo el Congreso puede tomar esa decisión. Los parlamentarios aún no definen esta controversia, a pesar de tanto tiempo esperando.

La situación afecta las campañas iniciadas hace poco más de un mes, pues los candidatos ya no saben si esos votos les sumarán o no a sus aspiraciones.

Pareciera que las entidades gubernamentales solo se acordaran de Bajirá en elecciones, y mientras ellas discuten, los bajirenses siguen agobiados por el desempleo, la escasez de servicios públicos y las calles sin pavimentar, a la espera de quién dará el próximo raquetazo.

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