El artista plástico de Urabá, Jesús Cataño, incursiona en una de las galerías más exigentes de Bucaramanga. Cataño, está radicado en la ciudad de Bogotá
‘Obra’, una exposición internacional de arte contemporáneo con la presencia de tres artistas de la región, se expone en la Galería Tótem de Bucaramanga.
‘Obra’ es el proyecto curatorial de Juan Fernando López que aborda la relación entre las personas y el lugar que habitan, mediada por la construcción de su materialidad. Gestado en Bogotá como una exposición colectiva de nueve artistas, nacionales y extranjeros, se desplaza a Bucaramanga con la inclusión de dos artistas locales seleccionados mediante una convocatoria de portafolios. Este es el primer evento expositivo del año en la Corporación Artística y Cultural Tótem, que esta vez apuesta por los creadores emergentes y su vinculación a los circuitos nacional e internacional desde una perspectiva regional.
Al respecto, explica López: “La noción de ciudad trae a la mente ideas que irremediablemente se asemejan a relaciones e imágenes. Parte de un paisaje, de una mirada holística que se enmarca en una composición de edificaciones, de calles y de personas. Al hablar de ciudad se hace referencia a numerosas dinámicas geográficas, políticas y sociales; es hablar de historia, de comunidad, de costumbres, de maneras, que no solo se relacionan con un lugar de procedencia, sino con nociones que se adquieren como producto de la homogeneización. La globalización y la estandarización de tendencias relativas al establecimiento, ordenación y apariencia de los espacios de cohabitación, son algunas de las causas de esta situación”.
Grecia Quintero es una cucuteña educada como artista plástica en la UIS; su trabajo tiene que ver con el cuerpo en acción. ‘Cartografía de una vida’ es una síntesis poética entre acción e instalación. En una sala dispone unas pequeñas superficies sobre la pared, que parecen moverse en un flujo codificado. Al soplar la materia entre sus manos, los soportes horizontales se van llenando de pequeños montones, de accidentes geográficos en una pequeñísima escala. Según la artista, “al finalizar se puede ver claramente la composición de las líneas de madera, algunas más gruesas, otras más largas o delgadas, según la intensidad del momento que represente, creando una traducción de mi vida que comparto en esta carta de mi geografía”.
Felipe Martínez Villalba presenta su trabajo ‘El vuelo del toche’. Este artista interviene la fachada de la galería, una casa tradicional bumanguesa ubicada sobre el paseo España, con una escultura móvil. Felipe, un joven bumangués que se educó en artes en Londres, despliega un dispositivo hipnótico –desarrollado específicamente para el lugar– para mirar desde abajo o desde lejos, con el que vuelve a exponer en Bucaramanga luego de muchos años. En 2014 ya había sido comisionado para realizar una obra de arte público en la capital inglesa con la curaduría de Fourth Wall Creations, cuyo título entonces fue ‘What color is the sea?’.
En Jesús Cataño confluyen los medios tradicionales como la pintura y el dibujo con la visión contemporánea de la escultura expandida. Oriundo de Medellín, este artista expone por primera vez su trabajo en Bucaramanga. Actualmente residenciado en Bogotá, Cataño propone ‘Triángulo rectángulo’, una instalación que contiene estructuras metálicas que le han dado el reconocimiento nacional en los últimos años, integradas con el espacio de la galería, y una pieza de concreto fundida en el sitio. Jesús hace múltiples referencias a la historia del arte contemporáneo, en especial a la vanguardia rusa, pero sus piezas generan una relación directa con el espectador que puede reconocer el interior de las estructuras que todos habitamos.
Flavia Mielnik llegó a Colombia para realizar una residencia artística en Flora Arts Natura, el proyecto independiente del curador colombiano José Roca. En una estancia anterior, en Argentina, esta artista brasilera se encontró con un dicho atribuido a la cultura popular santandereana: “¿Qué es una raya más para un tigre?”, que le permitió conectarse con esa idea de esta tierra adelantada por Pedro Gómez Valderrama en su famosa novela ‘La otra raya del tigre’. Flavia nos visita en un viaje plástico con ‘El pueblo no es cuadrado’, que se resume en un par de objetos mínimos que conversan en secreto con el espectador, una pieza gráfica editorial y una pequeña escultura sonora.
Margarita Besosa, artista caleña, presenta su propuesta ‘Aplazar la experiencia’. Este es un trabajo que toma la fotografía como pretexto para la exposición de las personas que ve a través de su lente y que la ven a ella durante el registro. Sobre la proyección de un video, un cursor guía la ampliación de los detalles que terminan fijados en retratos de mayor o menor resolución.
Finalmente, Walter Orrego, con una gran trayectoria paralela en museografía, es el artista más experimentado del grupo. Su obra logra una mezcla metafórica entre oficio y concepto. Seis ladrillos golpean la percepción del espectador. ¿Cómo es posible considerar que estos objetos sean arte? El olor de la madera revela el secreto: los ladrillos están fabricados delicadamente con madera, con cedro. Esta contundente reflexión sobre la transmaterialización recuerda el origen mítico de la carpintería en Grecia, relacionada con Ícaro y su padre, Dédalo, retomada como herramienta filosófica en una perspectiva fenomenológica en la actualidad, es decir, como un medio para producir objetos útiles para problematizar la acción de hacer cosas para el conocimiento. ‘Prorrogado’ plantea preguntas sobre el enorme costo ambiental de crear viviendas para una población desbordada. Orrego también demuestra el papel importante de la materialidad y la vivencia de su trasformación para los artistas de hoy.