30 familias indígenas de las comunidades Peñas Blanca y Pichindé llegaron desplazadas a la cabecera municipal de Riosucio, Chocó.
La denuncia fue hecha por el secretario de Gobierno de esa localidad, Yhoban Mosquera, quien sostuvo que esos hogares están conformados por más 100 personas que abandonaron sus viviendas por el temor causado por los hostigamientos de los grupos armados ilegales como el ‘Clan del Golfo’ y la guerrilla del ELN, quienes mantienen frecuentes enfrentamientos en toda la cuenca del río Truandó.
Entre esas familias hay 24 niños indígenas de cero a cinco años, que requieren una atención diferenciada, lo que tiene preocupada a la Administración local.
El funcionario señaló que el riesgo es inminente para esas comunidades indígenas, pues decidieron abandonar sus territorios a pesar del respeto y el apego que sientan hacia ellos.
«Es bastante alarmante empezando por la cultura que tienen los indígenas de estar en su territorio y sólamente se desplazan cuando el peligro ya es latente, inminente, frente al cual no se puede hacer nada. Son bastante graves estos desplazamientos, porque son la gota que rebosó la copa», agregó.
Toda esa zona del Darién chocoano es un corredor estratégico del narcotráfico, que es precisamente el botín que se disputan los grupos armados ilegales. Esta situación tiene en riesgo de desplazamiento masivo a los miembros de otras diez comunidades indígenas en Riosucio.
Por ahora la Alcaldía solicitó a la Gobernación Departamental, ayudas humanitarias como alimento, frazadas y colchonetas para atender a estas familias desplazadas.
Además, la Administración pide a la Fuerza Pública que recupere el control en la zona, para evitar que los enfrentamientos profundicen una crisis humanitaria en la cuenca del río Truandó.